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Salud

Cáncer en animales: ¿una enfermedad en aumento?

Los médicos veterinarios expertos en oncología animal, María Verónica Brignone y Guillermo Hermo, destacan todo lo que se debe saber acerca de esta enfermedad que afecta a perros, gatos y humanos. 

Cáncer en animales: ¿una enfermedad en aumento?

Entrevistas realizadas junto a Giovanni Figueredo.

Un día una familia le notó una pequeña mancha en la nariz a su gata. El animal, de pelaje claro, no mostró síntomas de molestias y creyeron erróneamente que no era algo para alarmarse e ir a una consulta médica.

Los días y meses pasaron, hasta que esa mancha creció, el animal empezó a mostrar algunos signos y decidieron ver qué pasaba. Tras hablar con el veterinario recibieron un diagnóstico que nadie esperaba: cáncer de piel. Muchos casos comienzan sin signos de alerta en primera instancia.

Según la Food and Drug Administration de Estados Unidos (FDA), casi el 50% de los fallecimientos de animales de compañía con más de 10 años son por cáncer. La enfermedad se origina por "nuevos crecimientos" que se desarrollan más rápido que el tejido normal adyacente y lo hacen de manera incoordinada y persistente.

La web “Oncoveterinaria” remarca que los tumores pueden ser benignos o malignos, solo los malignos son denominados  “cáncer”. Además, según el sitio uno de cada cuatro perros y uno de cada tres gatos desarrollará cáncer durante su vida. A diferencia de los humanos, en el cual una persona de cada tres desarrollará la enfermedad.

Por eso, la Dra. María Verónica Brignone (Veterinaria especialista en oncología clínica, M.N: 7836) y el Dr. Guillermo Hermo (Oncólogo veterinario, M.P: 9418) detallan todo lo que debes saber sobre el cáncer en animales.


Actualmente, si bien han avanzado las investigaciones sobre la enfermedad, los estudios realizados en pequeños animales en general se refieren a los perros. Por eso, en comparación no hay tanto contenido referido a los gatos.

Se estima que los perros tienen 35 veces más cáncer de piel que las personas, 4 veces más cáncer de mama, 8 veces más cáncer de hueso y una incidencia 2 veces mayor de leucemia.

“El cáncer es una enfermedad de un descontrol del crecimiento celular. Las células tienen un programa genético que les dice hasta dónde pueden crecer y tienen una muerte celular programada, todo eso está regulado genéticamente. Es una enfermedad genética y se da en cualquier ser vivo”, detalló la Dra. Brignone.

Entre los lugares más comunes para el desarrollo tumoral se encuentran la piel y los tejidos blandos, la glándula mamaria, los tejidos hematopoyéticos (incluyendo los linfoides), el aparato urogenital, los órganos endocrinos y la orofaringe.

En gatos es común ver el sarcoma post inoculación, según Brignone el descubrimiento de esta afección se originó tras notar los sarcomas después de las vacunas, que “tenían como adyuvante el aluminio para aumentar la inmunidad”. Un elemento cancerígeno.  

“Se sacó como adyuvante el aluminio y se ha mejorado el tema de las vacunas. Después se ha visto que cualquier aplicación en un gato podría llegar a dar un sarcoma. Hay que tener predisposición genética. No todos los animales que se inyectan van a tener cáncer”, informó.

La médica veterinaria además detalló que para evitar este tipo de tumores se suelen tomar “precauciones de los lugares de inoculación de las vacunas”. “Hay que estar atentos después de que uno inyecta a algún gato, comprobar si quedó algún bultito y ver qué evolución tiene”, explicó.

Según investigadores del CONICET, esta enfermedad también se ha encontrado distribuida en animales del pasado. Se han recolectado tumores en restos fósiles de distintos grupos como los dinosaurios.

Síntomas
 

Las familias que tengan a algún animal en su hogar deberán prestar atención a algunos signos de alerta como úlceras que no sanan, pérdida de peso y apetito, hemorragia o descargas desde cualquier abertura del cuerpo, olor raro en alguna parte del cuerpo, dificultad para comer o tragar.

También, la presencia de inflamación persistente o un bulto, la negativa para hacer ejercicio o pérdida de la resistencia en ejercicios cotidianos, la rigidez o renguera persistente y la dificultad al respirar, orinar o defecar.

“Los principales signos de alerta en un perro o gato para cualquier enfermedad son que consume más agua, hace más pis, hay cambios en el pelaje y pierde pelo, cambios en la coloración del pelo y si ven una masa o sangrado por la nariz, cola, boca, o cualquier otro sitio”, remarcó la Dr. Brignone.

Además, sobre la preocupación por las deformaciones y su conexión con el cáncer, la médica veterinaria aclaró: “Un tumor puede ser una neoplasia, un crecimiento o también puede ser un hematoma, un golpe, un absceso. No todas las deformaciones son cáncer”.

No se puede distinguir clínicamente por el aspecto un tumor benigno de uno maligno, tenemos que ver la evolución que tiene”.

Tipos de cáncer
 

La Dra. Brignone detalló que los tumores más frecuentes “en perros son los tumores de piel, los tumores de mama, en los gatos el sarcoma post inoculación, el linfoma digestivo, y el carcinoma de células escamosas”.

Respecto al cáncer de piel, la médica veterinaria explicó que el carcinoma de células escamosas y el hemangiosarcoma por exposición al sol se pueden prevenir con protectores solares especiales para animales, films que son filtros UV para las ventanas, o evitando que los animales estén expuestos a los rayos ultravioletas en las horas de mayor sol.

Además, una de las primeras alertas de la enfermedad que se pueden notar según la especialista es “una dermatosis activica”. En gatos puede pasar que se “confunda la herida con un arañazo o raspón que no se cura”.

También, hay que prestar atención en razas con pelaje corto blanco o moteado. Los animales son más afectados en lugares donde la epidermis tiene escasa pigmentación y poca densidad de pelo.

¿El cáncer es transmisible? algo que solo existe en el mundo animal
 

A diferencia de los humanos, los animales tienen enfermedades contagiosas que pueden provocar tumores y cáncer. Existen dos grandes grupos de clasificación de tumores transmisibles: los virales (leucemia viral felina, virus del sarcoma en el gato) y en los cuales se transmite la célula infectada (Tumor Venéreo Transmisible).

Los de la primera categoría actúan como cualquier virus, mientras que el otro grupo no es un virus lo que se transmite sino la célula viva se pega de un ser a otro y sigue creciendo.

“Existen pocos ejemplos en la naturaleza uno es el tumor venéreo transmisible canino, otro es el sarcoma facial del demonio de Tasmania. Hay un sarcoma en bivalvos, que son todos tumores que se contagian a través de células vivas”, explicó la Dra. Brignone.

De esta manera, la mutación contagia la célula viva y sigue con un ADN particular. “Es como si fuera un parásito, pero evoluciona como un cáncer, hace metástasis y se puede ir a los ganglios de ahí a pulmón, a distintos lugares del cuerpo”, detalló la experta.

“Se comporta como un cáncer, pero no tiene el mismo material genético que el animal. Es algo que se está investigando mucho. Un perro tuvo cáncer, lo contagió y el cáncer sigue viviendo a través de perros que se mueren, es la evolución de la enfermedad”, añadió.

Por otro lado, la médica veterinaria reconoció que la afección es “fácilmente tratable con quimioterapia”. “La verdad que toleran muy bien unas cuantas aplicaciones de quimioterapia, en la mayoría de los casos se cura y no queda con ninguna secuela”, comentó.

La variante se encuentra ligada a la inmunidad, por eso es algo común ver afectados a “animales que vagabundean y rescatados, que no tienen una buena sanidad”. La experta remarcó que una forma de prevenir el tumor transmisible es bastante sencilla: hay que castrar.

“La transmisión es venérea, a través del coito, mucosas, labios, ojos, y nariz. Es frecuente que los machos, incluso los castrados, se puedan contagiar por oler la sangre de los tumores y tengan el carcinoma en la nariz”, informó.

Por su parte, el Dr. Hermo destacó que puede suceder también “cuando el animal es susceptible por inmunosupresión”. “La inmunidad es muy importante en el desarrollo de cualquier enfermedad, incluso del cáncer”, manifestó.

Cuando un paciente está inmunosuprimido tiene mayor probabilidad de enfermarse"

La médica veterinaria informó que varios oncólogos de Argentina llegaron “a la conclusión que más del 80% de los pacientes se curan” del tumor venéreo transmisible. Aún así, puede pasar que se genere resistencia al tratamiento.

“Pasó con el sarcoma facial del demonio de Tasmania. No resistían la quimioterapia, no pudieron hacer tratamientos. Los médicos tomaban una muestra y los dejaban libres, pudiendo contagiar a otros. Parecía que se iban a extinguir y esto llevó a que sobrevivieran los más fuertes”, contó.

Por otro lado, respecto a la leucemia felina, explicó que existe una vacuna para prevenirla, pero destacó que eso es algo que “tiene que evaluar un veterinario". En gatos con el virus “es más frecuente que tengan cáncer y que la respuesta al tratamiento sea más pobre”, reconoció.

¿Qué tratamientos existen? 
 

El avance tecnológico y la investigación de la enfermedad permitió que existan distintas terapias para el tratamiento del cáncer, algunas son quimioterapia, radioterapia, cirugía, electroquimioterapia, inmunoterapia, y la terapia génica.

“Hay muchas opciones terapéuticas que dependen mucho de la especie, el tipo de tumor que tengan y su extensión. También si al paciente ya se le han hecho tratamientos previos. La quimioterapia es la segunda herramienta en eficacia más importante”, explicó el Dr. Hermo.

Además, destacó que la herramienta e indicación número uno en lo que se llama "tumores sólidos" suele ser la cirugía. De la misma manera, informó que las drogas y quimioterapias lo que hacen es “darle un plus a la eficacia o al efecto que tenga la cirugía para que el paciente viva más y con mejor calidad de vida”.

Por otro lado, respecto a los tratamientos que existen, destacó que tiene “algunas críticas” sobre la electroquimioterapia porque “hay casos que funciona muy bien y en otros no funciona y se hace un abuso de su uso”.

Sobre el manejo del dolor, Brignone explicó que se da un tratamiento preventivo en casos en los cuales se puede llegar a sospechar que haya náuseas, vómitos o diarrea. Los síntomas “pueden llegar a aparecer, pero no son demasiado frecuentes”.

“Los animales tienen una tolerancia mayor que las personas en datos que se puedan calificar y que se puedan medir bien, como puede ser el recuento de glóbulos blancos”, destacó la médica veterinaria.

Por su parte, el Dr. Guillermo Hermo detalló que “se elige la terapia dependiendo el tipo de tumor y la ubicación. En el caso de que se haga algún tipo de tratamiento con radiación, se ve si los animales pueden ser afectados al mismo nivel que los humanos o los efectos secundarios son menores”.

“Muchas veces las drogas - que se usan en tratamientos - tienen efectos colaterales, pero en medicina veterinaria se suelen usar los protocolos quimioterápicos con dosis más bajas comparadas con la medicina humana”, comentó.

Aún así, remarcó que existe una dificultad por el manejo de ciertas drogas: “Muchas califican como psicotrópicos y eso tiene una regulación especial, que en veterinaria está siempre un paso atrás. La ley no avala que las veterinarias puedan acceder inmediatamente y tener stock”.

Es muy raro que al animal se le caiga el pelo, que esté con vómitos en forma continua o con diarreas por tratamientos quimioterápicos”.

Respecto a la variación de costos de tratamiento para las ontologías, el médico veterinario explicó que en el laboratorio farmacéutico Chemovet  tratan de “desarrollar medicamentos para todo tipo de presupuesto” y por eso el tratamiento más económico está alrededor de 100 mil pesos.

Por otro lado, el medicamento más sofisticado, específico y con mayor tasa de eficacia puede variar su precio entre un millón y medio o más. “En tratamientos de quimioterapia hay tres variables: el costo de la medicación, la eficacia y los efectos colaterales”, detalló.

El tutor tiene cierto temor a la quimioterapia por prejuicios de la medicina humana. No tiene cero colaterales, pero son muy manejables”

Prevención
 

La enfermedad puede tener diversas causas, entre ellas la exposición a toxinas y sustancias nocivas ambientales. La aparición de la enfermedad en algunas variantes se puede prevenir.

La Dra. Brignone detalló que “la nicotina y los rayos ultravioletas están súper comprobados que son cancerígenos”. Por eso no se debe exponer a los animales al humo del cigarrillo y al sol.

Por otro lado, un estudio realizado por la Universidad de Massachusetts y la Facultad de Medicina Veterinaria Cummings de la Universidad Tufts demostró que los perros tenían un 70% más de probabilidades de contraer linfoma si en el patio de su hogar se usaban pesticidas.

De la misma manera, existen factores de riesgo que se encuentran relacionados con el cáncer, como la obesidad. También la predisposición racial juega un papel a tener en cuenta en el desarrollo de neoplasias.

Según Oncoveterinaria, las razas de perro con más probabilidades de contraer cáncer son el Boyero de Berna (Sarcoma histiocítico, tejidos blandos), el Boxer (Linfoma y el cáncer cerebral), el Cocker Spaniel (Linfoma), Golden retriever (Linfoma y hemangiosarcoma), Labrador Retriever (Linfoma y hemangiosarcoma).

También el Pug (Mastocitoma), Shar-Pei (Mastocitoma), Galgo (Osteosarcoma), Rottweiler (Osteosarcoma), Collie (Cáncer nasal), Terrier escocés (Carcinoma de células de transición y melanoma), Chow Chow (Cáncer de estómago), y el Flat Coated Retriever (Carcinoma de células de transición y el melanoma).

En cuanto a factores controlables en el hogar, existen estudios que avalan el aumento de cáncer de boca, de lengua y los carcinomas cuando los animales conviven con una persona fumadora.

“El perro es un fumador pasivo que comparte tiempo de humo con la persona que está fumando y eso predispone a cáncer de pulmón, de próstata, respiratorio. Hay gente que vive sola con un gato y fuma dentro de la casa, el gato no solamente lo respira, sino que se acicala y recibe la nicotina”, explicó la médica veterinaria.

Además, respecto a los rumores que circulan sobre el cáncer y su asociación con la castración, remarcó que “está absolutamente comprobado” que "castrar reduce las posibilidades de contraer cáncer de mama en las perras".

Aunque reconoció que es verdad que “en algunas razas aumenta ciertos tipos de tumores”, y relató: “Hay que hablarlo con el veterinario, es una consulta particular por cada uno de los animales”.

No necesitan tener cachorros para prevenir el cáncer de mama, la castración precoz entre el primer y segundo celo disminuye la probabilidad de contraer la enfermedad”.  

“La castración puede disminuir el riesgo de cáncer de útero, cáncer de ovario y testicular, pero también aumenta la predisposición a cáncer de próstata, al sarcoma, a luxación de rodilla o determinadas enfermedades cardiovasculares. Hay que darla en un paciente que verdaderamente lo necesita”, remarcó al respecto el Dr. Hermo.



¿Existe un aumento de casos?


En la actualidad es notable escuchar que “se elevaron los casos de oncología animal”, aunque según los especialistas en realidad el cambio social respecto al tratamiento animal provocó que aumente la visualización de animales enfermos por cáncer.

“Toda la medicina veterinaria ha avanzado mucho. Eso impacta en que el animal termine viviendo mucho más años y empiecen a aparecer las enfermedades de la vejez. No es que haya más casos de oncología, los animales viven más y es lógico que desarrollen este tipo de enfermedades”, destacó el Dr. Hermo.

Las mascotas son consideradas un miembro más de la familia y eso hace que la gente se preocupe, que estén al tanto de que aparezcan nódulos”.

Por su parte, la Dra. Brignone especificó que “siempre hubo mucho cáncer”. “Le pregunté a personas con más experiencia y la respuesta fue: 'los animales viven más'. No estoy completamente de acuerdo, veo muchos animales jóvenes con cáncer pero también los veía antes”, manifestó.

Ayuda psicológica y económica: ¿cómo sobrellenar una noticia así?
 

En varios países existen organizaciones que acompañan a las familias de animales que fueron diagnosticados con alguna oncología.

Ante esto, el Dr. Hermo destacó: “Existen un montón de organizaciones no gubernamentales que ayudan con tratamientos oncológicos o psicológicos. Hay algunas específicas de oncología, no en Argentina pero sí en otros países. En Argentina muchas ayudan para cualquier tipo de enfermedad”.

Una de las organizaciones internacionales que colabora en temáticas sobre el cáncer es “The Perseus Foundation” en Estados Unidos. 



¿Cómo saber si mi animal de compañía tiene cáncer?
 

Los primeros signos de alerta pueden alterar a las familias, sobre esto la Dr. Brignone remarcó que en una primera consulta “no siempre se tiene el diagnóstico”.

“Se hace un examen clínico general, si hay una masa se puede pedir un estudio de citología. El patólogo toma una pequeña muestra que son células sueltas, se hace una coloración y se observa en el microscopio, eso nos puede orientar un montón”, explicó.

El Dr. Hermo aconsejó que en caso de tener un diagnóstico positivo el tutor mantenga la calma y no se desespere. “Hay muchas opciones, debe hacer todo lo que el veterinario le recomiende”, comentó.

El cáncer no se cura, lo que logramos es dar calidad de vida y sobrevida”.



La investigación del cáncer: el camino por delante
 

Los avances de investigaciones sobre tratamientos del cáncer en humanos repercuten en la línea animal. Tanto en enfermedades específicas como en medicina general. 

“Las enfermedades oncológicas y muchas enfermedades humanas y veterinarias están muy relacionadas. La forma cómo se originó ese tipo de tumor, su desarrollo y demás son muy similares”, destacó el Dr. Hermo.

Los avances se trasladan de una especie a otra entre unos 15 a 20 años”.


Por otro lado, científicos del CONICET y de la Universidad de Buenos Aires (UBA) publicaron en la revista Science Advances un estudio que busca comprender el cáncer desde un punto de vista evolutivo.

El punto de interés surgió ya que existen especies “como las ballenas, los elefantes o los murciélagos, que desarrollaron mecanismos moleculares sofisticados para lidiar con los tumores”. Son organismos que no suelen padecer este tipo de patologías.

El estudio detalla que la enfermedad tiene “mayor prevalencia y mortalidad en las especies de mamíferos caracterizadas por una mayor competencia intraespecífica, en comparación con las especies de mamíferos que se distinguen por un estilo de vida cooperativo o social”.

Son cooperativas las especies que “viven y crían en grupo, y cada vez que se aparean tienen un solo descendiente al que le dedican un gran cuidado”. Por eso tienen “mecanismos cooperativos de defensa frente a predadores, así como acceso colectivo al agua y alimento”. 

Por otro lado, las de competencia intraespecífica “se caracterizan por la competencia entre los individuos por el territorio” y por criarse “de forma solitaria”. Los animales suelen tener varias crías cada vez que se reproducen, que luego compiten entre sí por alimentos.

“En las especies con un estilo de vida competitivo hay más cáncer y más mortalidad que en las especies cooperativas, plantea la hipótesis de que, en el primer grupo, el cáncer podría jugar un rol adaptativo positivo, al funcionar como un mecanismo de obsolescencia programada”, destacó el investigador del CONICET y director del estudio, Matías Blaustein.

Según Blaustein, el cáncer se activaría a determinada edad “como una suerte de bomba de tiempo para que se apague la vida, lo que permitiría reciclar la población y que sobrevivan otros individuos más jóvenes”.  

La investigación remarca que el aumento de las tasas de mortalidad de los individuos mayores, menos reproductivos o posreproductivos, "provocaría un impacto negativo en las poblaciones de animales cooperativos, mientras que tendría un impacto positivo en las especies que presentan niveles más altos de competencia intraespecífica”.

Según el análisis, en poblaciones más cooperativas la enfermedad es “menos frecuente, mientras que en las más competitivas puede incluso tener un efecto ‘beneficioso’ a nivel poblacional, al favorecer la renovación de individuos”. 

Entrevistas realizadas junto a Giovanni Figueredo.

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