Las jubilaciones, pensiones y asignaciones que paga la ANSES tendrán un aumento del 2,5 % en enero de 2026, de acuerdo con el índice de inflación de noviembre informado por el INDEC y la fórmula de movilidad mensual vigente. El incremento alcanzará a todos los beneficiarios del sistema previsional y se aplicará de manera automática en el primer mes del año.
Con esta suba, la jubilación mínima pasará a ubicarse en torno a los $349.300 mensuales, un monto que quedará por debajo de los $350.000 sin contar posibles refuerzos extraordinarios. La cifra vuelve a poner en evidencia la dificultad de los haberes más bajos para acompañar el aumento sostenido del costo de vida, en particular en rubros esenciales como alimentos, medicamentos y servicios.
El aumento del 2,5 % también se trasladará a la Pensión Universal para el Adulto Mayor (PUAM), a las pensiones no contributivas y al resto de las prestaciones sociales, que se actualizan en función del haber base. Si bien el mecanismo busca mantener los ingresos atados a la inflación, el impacto real sobre el poder adquisitivo resulta limitado cuando los precios suben a mayor ritmo.
En este contexto, continúa la expectativa en torno a la continuidad del bono extraordinario que el Gobierno viene otorgando a quienes perciben la jubilación mínima. De mantenerse el refuerzo, que en los últimos meses fue de hasta $70.000, el ingreso total podría acercarse a los $420.000. Sin embargo, su confirmación suele producirse pocos días antes del inicio del calendario de pagos y no forma parte del haber permanente.
El nuevo aumento vuelve a reactivar el debate sobre la situación de los jubilados en Argentina y la insuficiencia de los ingresos previsionales frente a la inflación acumulada. Para millones de adultos mayores, incluso con los ajustes mensuales y los bonos complementarios, el comienzo de 2026 encuentra a las jubilaciones en un nivel que sigue lejos de garantizar condiciones de vida dignas.