De acuerdo con el informe oficial difundido por el Ejecutivo, las cuentas del Sector Público Nacional arrojaron en noviembre un resultado positivo tanto en términos primarios como financieros. El superávit primario alcanzó los $2.128.009 millones, mientras que el resultado financiero fue de $599.954 millones. En el acumulado de los primeros once meses del año, esos números representan un 1,7% del Producto Bruto Interno en el primer caso y un 0,6% en el segundo.

Las cifras fueron detalladas posteriormente por el ministro de Economía, Luis Caputo, quien señaló que “el gasto primario se redujo 14,2% en términos reales frente a noviembre de 2024” y puntualizó la evolución de algunas partidas sociales al afirmar que “las jubilaciones y pensiones contributivas crecieron 5,5% interanual y la Asignación Universal para Protección Social 7,4% interanual”.

Al referirse a la comparación con el escenario fiscal previo, Caputo subrayó que el resultado financiero de noviembre “contrasta con el resultado de noviembre de 2023, cuando se había registrado un déficit de $754.956 millones, equivalente a casi $2.650.000 millones ajustados por inflación”, en alusión al cambio en el signo de las cuentas públicas.

En cuanto a los ingresos, el ministro indicó que la variación interanual estuvo influida por distintos elementos y aclaró que “además de los impuestos que se fueron eliminando o reduciendo en el período, el crecimiento interanual en los recursos estuvo afectado por ingresos extraordinarios que elevaron la base de comparación”. En esa línea, enumeró “la moratoria vigente en aquel entonces, el corrimiento de vencimientos de anticipos de Ganancias y Bienes Personales de personas humanas correspondientes a 2024, el Impuesto de Regularización de Activos y el Régimen Especial de Ingreso del Impuesto sobre los Bienes Personales”.

Por último, el titular del Palacio de Hacienda volvió a poner el foco en la estrategia fiscal del Gobierno y sostuvo que “el ancla fiscal, pilar fundamental del programa económico, es un compromiso asumido al inicio de la gestión que se mantendrá en el tiempo”. En ese sentido, agregó que “el orden macroeconómico ha permitido proteger a los argentinos de los efectos del colapso en la demanda de dinero generado por la volatilidad política”.