Ricardo “Chiqui” Pereyra, reconocido cantor de tango y figura histórica de la televisión musical argentina, murió este domingo a los 74 años. La noticia fue confirmada por su hija Paula a través de un mensaje publicado en las redes sociales del artista, donde también relató el delicado cuadro de salud que atravesó en las últimas semanas.
El cantante se encontraba internado en un centro médico de la Ciudad de Buenos Aires desde principios de diciembre, luego de haber sufrido una caída por la escalera de su casa. A raíz del accidente debió ser intervenido quirúrgicamente y, si bien logró superar la operación, su estado seguía siendo reservado.
Durante la madrugada del domingo, la familia comunicó el fallecimiento. “Con todo el dolor del mundo debo comunicarles el fallecimiento de ‘El Chiqui’. El milagro que no llegó, el pronóstico que era predecible, pero aun así no perdíamos la fe”, escribió su hija en un sentido mensaje de despedida. También pidió respeto y comprensión para la familia, en especial para la madre del artista, ante el difícil momento que atraviesan.
Una vida dedicada al tango
Nacido el 26 de junio de 1951 en General Roca, Río Negro, Pereyra comenzó su camino artístico desde muy joven, integrando grupos de folclore en su ciudad natal. Su destino cambió en 1978, cuando llegó a Buenos Aires para participar de Grandes Valores del Tango, el histórico programa televisivo que fue semillero de grandes figuras del género.
Su talento fue tal que los productores decidieron sacarlo de la competencia para incorporarlo directamente como profesional. Desde entonces, “Chiqui” se convirtió en una presencia habitual del ciclo, del que formó parte hasta su final en 1992.
También integró el elenco de Botica de Tango, otro clásico de la televisión argentina dedicado al 2x4, donde participó hasta 1988, consolidando un estilo propio que combinaba respeto por la tradición y una impronta personal.
A lo largo de su carrera, Ricardo Pereyra se ganó el reconocimiento del público y del ambiente tanguero. En 2007 recibió el Premio Santos Vega como mejor intérprete masculino de tango, un galardón que coronó décadas de trayectoria dedicadas a mantener viva una de las expresiones más profundas de la música popular argentina.
Con su muerte, el tango despide a una de sus voces más queridas, ligada para siempre a la época dorada de los grandes programas musicales de la televisión y a una generación de artistas que llevó el género a cada rincón del país.