Bélgica quedó elimanada de Qatar 2022 tras empatar 0-0 con Croacia de manera sorpresiva y Romelu Lukaku fue uno de los principales responsables de su fracaso deportivo: el delantero del Inter de Milán desperdició tres situaciones de gol abajo del arco que le impidieron abrir el marcador.

El atacante ingresó en la segunda mitad porque no está del todo bien físicamente -hace días se recuperó de una lesión- y la primera jugada fue un disparo con el arquero vencido desde el punto de penal que dio en el palo y la pelota atravesó la línea sin entrar. A falta de cinco minutos, Meunier envió un centro razante que Lukaku desvió con el taco y la pelota salió rozando el palo, mientras que en una de las últimas se encontró de frente con un centro muy preciso que le rebotó en el pecho y la pelota fue hacia las manos del arquero.

Luego de semejante frustración, se retiró entre lágrimas, devastado, y rompió el banco de suplentes con un furioso golpe de puños. El enojo era consigo mismo, no con el resultado del equipo, que no llegó a la Copa del Mundo en su mejor momento. En la previa el vestuario estaba roto y no había buena relación entre los futbolistas.