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¿Está bueno que un italiano le diga a Medio Oriente cómo son las cosas?

Esta semana un influencer y activista rompió las reglas y cruzó el campo de juego con una bandera con los colores del arociris. La flexibilidad de los turistas, los privilegios y el paternalismo europeo en esta nota que intenta dejar de aplaudir para hacerse preguntas. 

¿Está bueno que un italiano le diga a Medio Oriente cómo son las cosas?
Mario Ferri, activista italiano cruzó el campo de juego durante el partido Uruguay versus Portugal.

Por primera vez, alguien se animó a romper las estrictas reglas que rigen en Qatar de forma sorpresiva. Mario Ferri corrió duranrte algunos segundos con varias insignias prohibidas en la sede del Mundial, los colores del arcoíris, un mensaje de apoyo a las mujeres y también, como si no fueran suficientes las causas, con una camiseta a favor de Ucrania. Derechos Humanos atr en un partido que se detuvo durante sólo unos pocos minutos. 

No es fácil escribir sobre lo que voy a escribir. Tampoco es simple hablar de Derechos Humanos y fútbol, o de libertades y Qatar. Por eso, en esta especie de artículo de opinión, cuento con la voz de Marce Joan Butierrez aque es ntropóloga, travesti e investigadora feminista queer, para poder entender y profundizar sobre esta problemática que si bien parece tener bastantes matices, también tiene algunas cosas innegociables. 

Desde que sabemos que el mundial se desarrolla en dicho país, las idas y vueltas, las cancelaciones y las bajas dentro y fuera del oeste asiático suceden a diario. Los Derechos Humanos como discurso prometido en un mundo en el que aún 11 países condenan a muerte o cárcel a la comunidad LGBTQI. Soy mujer y lesbiana pero a su vez periodista así que esta nota la hago con preguntas y no con respuestas. Preguntas que, considero, valen la pena hacerse cuando hablamos de otras culturas que no son la propia, para no cometer los mismos errores que, por ejemplo, Cristobal Colón. Ahre. Igual sí.

La rebeldía europea
 


El posteo de dicho momento en el instagram de filonews tiene más de 140 mil me gusta. Es, realmente, una muestra a favor de la diversidad sexual que miles esperaban con ansias. Si bien el pulgar arriba para este heróico activista fue masivo, también tuvo algunos cuestionamientos que abren un interesante debate: ¿es occidente, en este caso un italiano, quien debe marcar cómo son las cosas?

El periodista Fernando Duclós, más conocido como Periodistán, hizo una afirmación luego de la rebelde intervención y twitter lo destrozó. En el tuit hace referencia a la soberbia con que el influencer europeo atraviesa la cancha y rompe las reglas no sólo de un país sino además de una cultura distinta.   
 


Y acá se desprende la primera pregunta: ¿puede una persona con privilegios protestar por quienes no los tienen? “Si la persona que hubiera llevado la bandera hubiera sido, no sé, un mapuche, ¿hubiera estado bien? Lo cierto es que si bien es interesante cómo emergen los discursos de determinados sectores oprimidos, no todos los oprimidos son la encarnación más pura de esos discursos y tampoco odos los oprimidos son un sujeto válido de enunciación”, explica Marce y agrega: “No sé, pensemos en Roberto Piazza que puede ser muy gay pero también es muy facho. O podés ser una chica trans y decir cosas que son inapropiadas. Tu condición de oprimido no necesariamente te valida como sujeto de enunciación frente al mundo. Entonces la verdad es que tampoco tu condición de privilegio, si se quiere, invalida tu posibilidad de decir cosas sobre el mundo que en definitiva también habitás”. 

Muchos de los aplausos dirigidos hacia el acto heróico fueron realizados porque hacer lo que hizo es peligroso ya que muchas veces las sanciones son, depende de quién cometa las faltas, brutales. Si hubiera sido qaatarí y no italiano, la muerte o la tortura eran factores posibles. Quienes se encuentran en situación de turismo saben que las reglas son bastante más flexibles para occidente y utilizar ese espacio para la protesta política, tal vez una buena estrategia. O al menos algo que otras personas, en este caso las oprimidas, no pueden siquiera pensar en hacer.  


 Ni buenos ni malos  
 


Resulta inevitable ante este cruce analizar si los discursos de relativismo cultural son necesarios a la hora de hablar del mundial. Debido a la prohibición de la bandera ícono gay, Alemania se tapó la boca en la foto de equipo y eso dio vuelta al mundo. A esa fotografía os qatarenses respondieron con otra alegando que es pura hipocresía porque los alemanes, sostienen desde el sudeste asiático, son racistas. En definitiva nadie está exento de contradicciones. 


 

Desde que arrancó el mundial se pica con esta temática. La cuestión de clase no parece figurar demasiado pero el feminismo y la orientación sexual ya no se discuten de forma masiva respecto a nuestros derechos individuales. El capitalismo feroz en el que está envuelto Occidente (cabe destacar que occidente tiene sus matices también, no es lo mismo un italiano que un latinoamericado o que un estadounidense) permite que la cuestión particular brille ante Qatar, un país que se resiste a romper con el ideal de familia, con el binarismo y la heterosexualidad como norma. 


 

El mundo árabe muchas veces aparece como un espacio de atraso, de incivilización y demás y en realidad lo que lo que vemos es que ese es un espacio con un mosaico de representaciones, ¿no? Entonces tenés países en donde por las propias lógicas del capitalismo se exporpian los recursos naturales y se constituyen gobiernos profundamente tiránicos dictatoriales en donde hay una negación total de los derechos humanos y otras democracias más liberales o lugares en donde existe quizás una tiranía, pero donde existen también grupos de mujeres o de feminismos resistiéndose a eso. Es importante mirarlo con mucha más complejidad y también pensar que ese lugar de atraso no es naturalmente un lugar de atraso, sino que es un lugar incómodo producido por las mismas lógicas del capital. No se pueden hacer afirmaciones tan sencillas como de enemigos amigos y enemigos”, sostiene Marce. 

¿Alguien lo tiene que hacer?  
 


El influencer buscó generar impacto en la cancha y lo logró. Fue aplaudido y su acto recorrió el mundo. Ahora, ¿es una falta de respeto desobedecer las reglas de estos lugares intransigentes? Cuando sucedió el asesinato de Masha Amini en Iran, muchas mujeres se sumaron a la causa con videitos cortándose tres o cuatro pelos locos pero muy poca gente se cuestionó los contextos. Al entrevistar a una periodista especializada en feminismos y medio oriente, el blowmind fue total. “No tenemos que decirle a las mujeres iraníes cómo hacer las cosas ni creernos que las iluminamos con nuestros consejos. Ellas tienen sus propias herramientas y su propia agenda en un contexto cultural sumamente complejo y distinto al nuestro”, sostuvo María Constanza Costa al charlar sobre los peligros que enfrentan respecto al género en estos países. Además de aclarar que si queremos ayudar a nuestras compañeras, la mejor idea es visibilizar su lucha y no protagonizarla


 

La historia respalda el cambio. No hay civilización ni cosa viva en la naturaleza que exista siempre idéntica. La modificación de culturas, etnias, reglas y constituciones no tiene dueño pero a su vez nos pertenece. Cuando hablamos de lenguaje inclusivo, sucede algo similar. La frase “lo que no se nombra no existe” es tan cliché como necesaria para este tipo de cuestiones. El lenguaje, que es de todes y no es de nadie (ni siquiera de la RAE), cambia de forma “natural” pero para que eso suceda, alguien tiene que decirse fuera del binarismo varón mujer. O sea, para eso, alguien tiene que nombrarse. Con las culturas pasa un poco lo mismo. La cultura se modifica, entre muchas cosas, de acuerdo a disrupciones.   


 

En este caso, las pequeñas muestras de apoyo a la comunidad se hacen presentes en un conflicto de paradigmas que chocan como placas tectónicas y de las que Qatar no puede escapar del todo. Medio Oriente resiste y cada vez más los derechos individuales atraviesan a una cultura en la que todo gira en torno a la familia y al varón cisgénero y heterosexual.  


 

Entonces la pregunta es, como es otra cultura que no es la propia, ¿no se deben exigir derechos humanos universales? Entiendo que sí aunque, tal vez, no de cualquier forma. Y es el fútbol y este Mundial una buena oportunidad para aprovechar y debatir al respecto pero sin olvidar nuestras propias contradicciones y recordando desde dónde hablamos cuando lo hacemos, ¿nocierto?