13 años pasaron de la histórica cumbre en Mar del Plata que logró ponerle un freno al avance de George W. Bush&nbsp;sobre América Latina -al mismo tiempo que invadía Irak y Afganistan-. 
Hoy día el panorama regional se muestra diametralmente opuesto a los años donde Lula Da Silva, Néstor Kirchner y Hugo Chávez marcaban el compás del continente.&nbsp; 
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El antropólogo social Alejandro Grimson&nbsp;definió&nbsp;lo sucedido hace 13 años como "un momento histórico que no sé si todas las sociedades terminan de darle todo el valor que tienen".&nbsp; 
El&nbsp;Área de Libre Comercio de las Américas&nbsp;proponía&nbsp;un acuerdo multilateral de&nbsp;libre comercio para todos los países de América. Pero en 2005 la oposición de los gobiernos de centroizquierda lo paró en seco.&nbsp;&nbsp; 
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 "Aquí, en Mar del Plata, está la tumba del ALCA", dijo Hugo Chávez aquella vez. 
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<h2>La oposición continental</h2> 
"Es una de las pocas acciones coordinadas entre diversos gobiernos latinoaméricanos para detener la avanzada comercial de Estados Unidos sobre la región", sostuvo Grimson&nbsp;sobre aquel 5 de noviembre de 2005. 
Si bien la oleada progresistas comenzó a finales del siglo XX con la victoria de Hugo Chávez en Venezuela, ese evento significó para el antropólogo "la posibilidad de encarar políticas económicas y por lo tanto sociales, autónomas".&nbsp; 
El historiador&nbsp;<a href="http://www.vecinosenconflicto.com/" target="_blank">Leandro Morgenfeld</a>, por su parte lo definió como&nbsp;"un hito fundamental y una manifestación de una etapa nueva que se abría en América Latina".&nbsp; 
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 "Fue una manifestación de ese nuevo momento, y además habilitó la posibilidad de pensar y construir instancias de coordinación políticas que se habían intentado en los últimos 200 años&nbsp;pero sin éxito", explicó a FILO.&nbsp; 
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La unión de Argentina, Brasil, Venezuela, Paraguay y Uruguay contra la idea de Bush y Vicente Fox, por entonces presidente mexicano, dio origen a&nbsp;un proceso de cooperación política que nunca había tenido América Latina. 
Años más tarde, esos cuatro países constituirían a Venezuela como socio pleno del Mercosur y a Bolivia como socio en proceso de adhesión.&nbsp; 
Cambia, todo cambia 
13 años después la situación es más bien la contraria: Bolsonaro&nbsp;ganó hace 8 días la elección en Brasil y se propone dejar el Mercosur en un segundo plano, para negociar bilateralmente con las potencias.&nbsp; 
"Negociar en forma conjunta es la única manera de hacerlo de manera menos desequilibrada con potencias no regionales", sostuvo Morgenfeld, historiador que presenta su nuevo libro&nbsp;Bienvenido Mr. President. De Roosevelt a Trump: las visitas de presidentes estadounidenses a la Argentina.&nbsp; 
Por otro lado, Grimson explica que la unidad entre Brasil y Argentina es política de Estado de ambos países desde la recuperación democrática: "Están generando las condiciones para borrar ese episodio del No al Alca", sostuvo.&nbsp; 
Ambos coinciden en que el gigante del Norte insiste en empujar la fragmentación regional debido a las grandes asimetrías que existen entre las economías de los países sudamericanos. 
<h2>¿Se viene el bilateralismo?&nbsp;</h2> 
Desde que comenzaron las crisis económicas sudamericanas, debido a la caída de los precios de los commodities, la serie de cambios políticos dio un giro importante que amenaza al multilateralismo 
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 "Es muy profundo lo que se va a debilitar, porque una cosa es que haya Mercosur neoliberal, que ya hubo en los 90, pero ahora van por más y están amenazados las políticas de Estado que se siguieron desde la democracia", sostuvo Grimson a FILO. 
</blockquote> 
Ese giro, sostienen, perjudica la posición en la que podrían negociar los países de este lado del mundo, ya que divididos quedan completamente desequilibrados con las potencias extrahemisféricas.&nbsp; 
"Tenemos una serie de gobiernos funcionales a la estrategia de Estados Unidos de fomentar la balcanización&nbsp;regional, es uno de los grandes problemas de América Latina", desarrolló&nbsp;Morgenfeld.&nbsp; 
<h2>¿Hay esperanza?&nbsp;</h2> 
Para el historiador, todavía "hay países y procesos que intentan reconstruir la Patria Grande con la que soñó Bolívar", y destaca allí la elección de Andrés Manuel López Obrador en México, que rompe la hegemonía del PRI y el PAN. 
La victoria de AMLO fue celebrada por la dirigencia de izquierda latinoamericana e incluso la ex presidenta Cristina Kirchner se manifestó en su Twitter&nbsp;y lo definió como "una esperanza no sólo para México, sino para toda la región".&nbsp; 
Se espera que en su gobierno, que comienza el 1 de diciembre, el líder de MORENA mire más hacia el Sur que hacia Estados Unidos.&nbsp;

Con la mayor&iacute;a de los pa&iacute;ses sudamericanos bajo distinto&nbsp;signo pol&iacute;tico e ideol&oacute;gico, el multilateralismo que impulsa el Mercosur se ve seriamente amenazado por un bilateralismo que desequilibra las posibilidades de negociaci&oacute;n de los pa&iacute;ses del sur con las potencias

Con la mayor&iacute;a de los pa&iacute;ses sudamericanos bajo distinto&nbsp;signo pol&iacute;tico e ideol&oacute;gico, el multilateralismo que impulsa el Mercosur se ve seriamente amenazado por un bilateralismo que desequilibra las posibilidades de negociaci&oacute;n de los pa&iacute;ses del sur con las potencias

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