El calvario que sufrió el cachorrito de león, fue contado por el veterinario Karen Dallakyan, al presidente de Rusia, Vladimir Putin, quién al escuchar la situación pidió que se encontrara y detuviera al fotógrafo.

Este fotógrafo le quebró las patas traseras al león para hacerlo mas "dócil" con los turistas y los mismos pudieran realizarse una "selfie" con el pequeño felino. La situación levantó las alarmas, no solo por este hecho, en sí tremendo, sino por las condiciones deplorables en las que se encontraba el cachorro, mal alimentado, frecuentemente castigado y descuidado. 

Afortunadamente el animal fue encontrado por los rescatistas en una granja de Daguestán, según detallaron presentaba además de sus patas rotas un grave cuadro de desnutrición. Por suerte fue operado rápidamente y los veterinarios lograron salvarle la vida.

Yulia Ageeva, la líder de la comisión de rescate, contó que lo llamaron Simba, como el personaje de Disney y dijo: 

“Este animal ha pasado por un océano de dolor provocado por los humanos”. 

Debido a esto, Vladimir Putín manifestó que reforzará las leyes contra el maltrato animal y las torturas.