Larry Page, uno de los creadores de Google, invirtió alrededor de cien millones de dólares en Flyer, un auto volador eléctrico.

En realidad es un mega drone: tiene diez rotores, cada uno con su motor, y con un sistema de estabilización automática para que no se de vuelta y sea más o menos sencillo de controlar.  Pesa 113 kilos, vuela a 33 kilómetros por hora y la batería le dura 20 minutos por ahora, volando a casi 3 metros del suelo.

Una de las ventajas del Flyer, sin embargo, es que como es tan pequeño y liviano no necesitás una licencia de piloto para volarlo. Lo manejás con un joystick y una palanca para acelerar o frenar: no tiene pantallas ni ningún tipo de instrumental. 

La compañía constructora de este dron para pasajeros se llama Kitty Hawk, como el primer avión de la historia, que los hermanos Wright volaron en 1903.  

El Flyer no es el único: en Dubai la firma alemana Volocopter y la compañía chia Ehang ya tienen un servicio de taxis voladores autónomos con un diseño similar (un drone gigante) que no usan piloto: todo el vuelo lo decide una computadora.