Una rebanada de pan tostado no es nada fuera de lo normal. A menos que haya sido mordida por un príncipe.

Este es el caso de "la famosa tostada" que el Príncipe Carlos mordió el día de su casamiento con Lady Di, el 29 de julio de 1981. La madre de una empleada doméstica del Palacio de Buckingham, la residencia real, se encargó de guardar esta reliquia durante décadas.

Rosemarie Smith visitó a su hija en ese día tan importante y no tuvo mejor idea que guardar esa tostada como souvenir. Una de las tareas de la criada en el Palacio Real era asear el cuarto del Príncipe Carlos y recoger su desayuno, una vez que éste se levantaba.

"Yo estaba con ella en el pasillo y vi como el príncipe Carlos dejó la tostada sobre la bandeja. Entonces, pensé en tener un recuerdo de la boda y agarré la tostada y la guardé” relata Rosemarie, quien ahora legará este tesoro a la casa de subastas Hanson, en Derbyshire, del Reino Unido.

La anciana, ya de 88 años, pasaba de casualidad por un local de remates y se le ocurrió preguntar si la "tostada real" tendría algún valor. Se sorprendió al escuchar que podría llegar a valer unos 600 dólares. ¡Nada mal para un pedazo de pan!