Vamos a empezar a conjeturar sobre el personaje de John David Washington. ¿Ex agente secreto? ¿Ex policía? Lo que queda claro es que, al menos a los ojos del mundo, este muchacho pasó a mejor vida y ahora ‘se mueve’ entre cierta clandestinidad: ¿un elegido? Imposible saber (todavía) que grado de sci-fi maneja la película, pero está clarísimo que el nuevo trabajo de Juan rompe un poco con las leyes de la física. “Elegiste morir antes de entregar a tus compañeros. Esa prueba que pasaste no es para cualquiera. Bienvenido al más allá”, le espeta el personaje interpretado por Martin Donovan -quien ya trabajó con Nolan en “Noches Blancas” (Insomnia, 2002)-, una suerte de reclutador, ponele.   

“Tenet” es un palíndromo -una palabra capicúa- y dudamos de que esta característica pase desapercibida a lo largo de la trama. El tiempo y cómo se percibe parece jugar un papel central en el film porque, ¿acaso no vieron todas es escenas en reversa? “Empieza a mirar el mundo de un modo nuevo. No trates de entenderlo. Siéntelo”,  asegura Dimple Kapadia, y suponemos que se refiere al ‘método’ que utiliza esta gente (quien quiera que sea) para resolver los problemas y atrapar a los malos. Parece que Washington puede atestiguar situaciones que todavía no ocurrieron. ¿Un déjà vu o viajes en el tiempo? Todo se vale en el mundo del espionaje internacional.     

Pero, ¿qué significa “Tenet”? De entrada, algo así como principio, dogma o canon, aunque suponemos que durante la película adquiere otra acepción. “Para ti, solo tengo una palabra: Tenet. Abrirá las puertas correctas y también algunas incorrectas”, sigue Donovan durante su ‘capacitación’. ¿Es una palabra secreta o habla en sentido figurado? Por lo pronto, queremos creer que Michael Caine está del lado de los buenos, pero no podemos decir lo mismo de Debicki y su compañero Kenneth Branagh. Tiene que haber un villano, y todas nuestras apuestas van para el actor irlandés.

Christopher Nolan no tiene intención (todavía) de sumergirse en el universo de su querido 007, pero eso no significa que pueda despacharse con su propia historia de espías que deben salvar al mundo de una catástrofe inminente. Vamos a suponer que este es el caso y que tanto Washington como Pattinson son los elegidos para la tarea. “Para hacer lo que hago necesito tener alguna noción de la amenaza que enfrentamos”, pregunta el hijo de Denzel antes de arriesgarlo todo. La respuesta de Clémence Poésy -tiene aspecto de científica- no es muy alentadora, ya que habla de una Tercera Guerra Mundial, mucho peor que un holocausto nuclear. ¿Qué puede ser peor que eso, Nolan?  Y ahí la cosa se pone terrorífica.

Como en muchas de las películas de Nolan, la arquitectura y las locaciones reales juegan un papel fundamental dentro de la historia. “Tenet” se filmó a lo largo de siete países (Estados Unidos, Estonia, Italia, Inglaterra, Noruega, Dinamarca, India) para proporcionarle esa escala cosmopolita que necesita cualquier thriller de espionaje, una decisión que se refleja en el presupuesto (estimado de 225 millones) y en muchas de estas imágenes. La Opera House de Oslo, la costa de Amalfi, The Imperial Towers de Bombay, son algunos de los escenarios naturales que aparecen en este adelanto.

Entre la parafernalia visual y la imposibilidad de entender lo que pasa, no podemos dejar de destacar la banda sonora de este adelanto. Por primera vez, desde “El Gran Truco” (The Prestige, 2006), Nolan no va a tener como colaborador a Hans Zimmer, demasiado ocupado con las partituras de “Mujer Maravilla 1984” (Wonder Woman 1984, 2020) y “Duna” (Dune, 2020). En su lugar se suma Ludwig Göransson, ganador del Oscar por “Pantera Negra” (Black Pantherm, 2018) y compositor de “The Mandalorian”, cuyos sonidos electrónicos parecen calzar perfecto en este relato tan enigmático.