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Casamientos suspendidos en pandemia: historias de parejas, rol de los organizadores y la postura de los proveedores

La pandemia complicó los planes de celebraciones y en Filo.news hablamos con parejas que nos confesaron cómo fue el cambio de fecha. Además, los profesionales del rubro contaron cómo trabajan con la suspensión de eventos.

Casamientos suspendidos en pandemia: historias de parejas, rol de los organizadores y la postura de los proveedores

El 2020: nueva década, pintaba como un buen año, con proyectos nuevos, pero no. Lo nuevo fue el coronavirus y estamos hace más de cuatro meses encerrados en nuestras casas con todos los planes pausados. Muchas parejas eligieron este año para oficializar su amor, pero si tenías planes para casarte después de mediados de marzo, probablemente seguís con el vestido de novia a estrenar y las bolsas de cotillón en el living de tu casa. 

Lo importante es tomarse el tiempo de la cuarentena para planear nuevamente todo lo que sea necesario, buscar ayuda en los profesionales del rubro y disfrutar del proceso de la planificación hasta el gran día.

En Filo.news hablamos con dos parejas que iban a casarse este año y tuvieron que correr la fecha. Dos historias distintas: primero tenemos dos abogados que querían aprovechar la feria de invierno para irse de luna de miel y aún no saben cuándo van a poder casarse. La otra pareja tenía todo organizado para noviembre pero por precaución lo pasaron a febrero y ahora están organizando su casamiento por segunda vez.

Francisca (30) y Gabriel (36)

Su casamiento tendría que haber sido el 11 de julio pero decidieron suspenderlo hasta que el coronavirus les permita a sus seres queridos que viven en el exterior viajar para estar presentes en este momento tan importante después de cinco años de relación. 

“La ceremonia y la fiesta iban a ser en el San Jorge de Quilmes, provincia de Buenos Aires. Es un lugar muy pintoresco y te sentís inmerso en un pueblo inglés… por eso nos entusiasmaba mucho poder festejarlo ahí”, contó Francisca. La elección de la fecha también tenía una explicación: “Elegimos julio porque somos los dos abogados y queríamos aprovechar la feria de invierno para la luna de miel e ir a algún lugar que hiciera calor".

La pareja decidió suspender por tiempo indeterminado el casamiento. Le avisaron a los invitados y comenzaron a hablar con los proveedores: “Mi novio tiene familia en Uruguay y amigos en Europa, una de mis amigas vive en Estados Unidos. Todo se estaba complicando y por eso decidimos suspender en mayo”, recordó Francisca. 

Respecto a los proveedores, contó a Filo.news: “Con el salón no tenemos problemas con la reprogramación y el catering se irá viendo cuando se defina la nueva fecha. Por suerte no habíamos sacado pasajes para la luna de miel, así que es un problema menos. Mi vestido ya estaba elegido y había comprado la tela, pero cuando estábamos por empezar las pruebas empezó la cuarentena. Pero hasta el momento no tuvimos inconvenientes”. 

“Desgraciadamente, el 2020 nos vino a romper todos los planes. Será fácil fijar una nueva fecha cuando todo esto haya pasado y ¡ahí sí que se va a festejar!”, concluyó optimista.

Daniela (29) y Guillermo (30)

La fecha de casamiento era el 14 de noviembre. “Teníamos todo reservado para hacerlo en el predio del Club Social, un campo de deportes en Dolores, provincia de Buenos Aires. Después del casamiento queríamos ir tres o cuatro meses a España, donde Daniela iba a hacer la residencia en un hospital psiquiátrico en Tarragona y yo un posgrado. Por la pandemia los trámites se retrasaron bastante así que decidimos no hacer el viaje”, contó Guillermo sobre los planes que tuvieron que suspender y agregó: “Eso fue lo primero que frustró la pandemia”. 

A fines de junio, la pareja comenzó a evaluar la posibilidad de cambiar la fecha: “Los días pasaban, cada vez faltaba menos para el casamiento. Lo evaluamos, llamamos a los proveedores: DJ, catering y ambientadora. Nos dimos cuenta que podíamos hacer coincidir a todos en febrero y sin pensarlo mucho pusimos nueva fecha de casamiento: 6 de febrero”.

Pero tuvieron varios imprevistos respecto a la sede, que fue lo que tuvieron que modificar porque durante el verano funciona la pileta en el club entonces no se puede alquilar para este tipo de eventos. Decidieron hacerlo en la quinta de unos familiares: “Tuvimos que salir a buscar otro lugar, alquilar una carpa, buscamos baños químicos, las conexiones eléctricas en la carpa. Cambió el formato del casamiento y tuvimos que pensar en cosas que antes de marzo no habíamos pensado”.

“Nos costó tomar la decisión de cambiar de fecha. Yo estaba negado, pero me di cuenta que del 20 de marzo al 20 de junio pasó rapidísimo. Desde que decidimos cambiar la fecha, el último mes se me hizo eterno. Ya que el viaje a España no es una opción, hacer el casamiento en febrero pasó a ser una linda oportunidad, más allá del estrés que tuvimos”, consideró Guillermo y aseguró que están organizando el casamiento "por segunda vez, pero están más tranquilos y contentos”.

Organizadores, cotillón, atelier, fotografía y video

Pero este momento también es difícil para los que trabajan en la organización de eventos. Los entrevistados del rubro coinciden en que apoyan a sus clientes en este duro presente donde lo económico no es lo único difícil, el aspecto emocional también es complicado de asimilar. “Una de las cualidades que tiene una organizadora de eventos es el contener, acompañar y escuchar al cliente”, aseguró Yanina Di Pinto (29) dueña de Event Trend.

“Previo a la pandemia nuestra modalidad de trabajo era 100% presencial. Para la previa del evento todo lo que refiere a la producción del mismo es importante poder generar reuniones con el cliente, acompañarlo a las entrevistas con los proveedores, visita a locaciones y más”, contó Di Pinto sobre la forma de trabajar en Event Trend antes del coronavirus pero ahora las cosas cambiaron: “Desde el minuto cero intentamos calmarnos y no entrar en la desesperación. En total postergamos 10 bodas, no cancelamos ninguna. Si bien los eventos no se estaban realizando, entendimos que teníamos que seguir activos en redes”.

“Implementamos charlas gratuitas en zoom para poder ayudar a las novias que no cuentan con una organizadora de eventos y eso gustó mucho. Las ayudamos a armar el presupuesto, timing de la fiesta y más. Vía Zoom tuvimos varias entrevistas y pudimos cerrar eventos para el próximo año. Esa metodología queremos mantenerla cuando termine todo esto”, cerró.

Jimena se dedica a hacer cotillón personalizado en Bride On y cuando se decretó la cuarentena, lo que significaba la suspensión de muchos casamientos, enviaron mails a todas las novias que tuvieron que postergar: “Nos pusimos en su lugar y les quisimos transmitir tranquilidad económica, que desde nuestro lado los presupuestos cerrados iban a ser congelados sin importar la fecha en que se casaran”. 

“La pandemia nos agarró en plena temporada alta. Marzo es un gran mes de casamientos y tuvimos muchas novias que tuvieron que suspender de un día para el otro. Entre las novias de abril y mayo cambiaron la fecha más de 50 que nos habían pedido cotillón”, detalló Jimena.

“Tenemos que seguir pagando el alquiler del showroom y poder vivir, obvio. Estamos vendiendo cajas para cumpleaños y baby showers por Zoom, incorporamos papelería que era algo que teníamos pendiente, hicimos alianzas con colegas para hacer sorteos y animamos a las novias a encargar con tiempo nuestro cotillón ya que es súper personalizado y es algo que dejan para último momento”, dijo sobre cómo se reinventaron por la pandemia.

La fotografía y video es clave para hacer que el evento sea eterno y eso se aseguran Magui y Ari de FP Films & Photo en cada celebración que documentan. “Todas las bodas que teníamos en lo que quedaba del año habían sido pagadas en su totalidad, por lo que por nuestra parte tranquilizamos a los clientes y les aseguramos que no iba a haber ningún incremento en los precios y que nuestro trabajo estaba asegurado sin importar el cambio de fecha”, aseguraron y comentaron que les escriben a sus clientes para ver cómo están y ver si necesitan ayuda con algo.

“Aprovechamos este tiempo para hacer análisis de nuestras redes, mejoramos la página web y también nos metimos en el mundo del fotoproducto. Esperamos que se reactive lo antes posible porque es nuestro ingreso y hay muchos colegas en una situación bastante fea que tuvieron que cambiar de rubro para sobrevivir”, concluyeron.

Otra de las actividades que se dedica a los casamientos son las diseñadoras de vestidos de novia. En Carolina Hamer atelier hablaron con cada clienta cuando comenzó la pandemia: “Buscamos la manera para ayudarlas, ya sea recomendándoles fechas, proveedores o cualquier cosa en lo que podamos colaborar”. 

“A partir de esta situación, más de 40 novias tuvieron que posponer sus bodas. A algunas les avisaron el mismo día… Ninguna decidió cancelar su casamiento: la mayoría postergó para marzo/abril 2021 y otras no fijaron fecha”, contaron sobre la decisión de sus clientas. Respecto a su forma de trabajar hasta que vuelvan los eventos, explicaron: “Nosotras estamos realizando citas online, en donde muchas de nuestras clientas eligen los géneros y avanzamos con los diseños. Hasta tomamos medidas para poder ir haciendo los moldes. En nuestras redes compartimos mucha info de diferentes proveedores para que ellas puedan verlos y conocerlos, así siguen en contacto con su casamiento”.

La vuelta de los eventos

Desde la Asociación Argentina de Organizadores y Proveedores de Exposiciones, Congresos, Eventos y Burós de Convenciones (AOCA) emitieron una guía de recomendaciones para la reapertura de esta industria. La información que brinda este comunicado deberá tenerse en cuenta para la organización de eventos después de la pandemia. Si bien esto debe aplicarse en los grandes eventos, es importante que para cualquier reunión lo tengamos en cuenta. Les dejamos algunas de las recomendaciones y para leerlo completo pueden hacer clic acá.

  • Medidas de prevención: distanciamiento social, higiene respiratoria y de manos, desinfección de superficies, transporte y acciones con los trabajadores.
  • Seguridad de personal y participantes: uso de elementos personales de protección y lo que deben traer los participantes, distanciamiento físico, elementos para delimitar el distanciamiento.
  • Limpieza general, saneamiento y desinfección: estaciones de desinfección, política de no contacto, ventilación de aire y filtración.

El coronavirus sigue dando vueltas y los eventos no se pueden hacer, eso es un hecho. Pero otra realidad que afrontamos es tener que quedarnos en casa para cuidarnos y cuidar al resto, lo que a veces significa que podemos estar en pareja y tener más tiempo libre: es un momento ideal para estar juntos y repensar el casamiento.

Como futura organizadora de eventos entiendo que la empatía es una de las principales características que debemos tener. Si sos del rubro, acercate a tus clientes y fijate si hay alguna forma de ayudarlos para que puedan sentirse más tranquilos mientras esperan por su gran día. Si estás con el vestido blanco puesto, buscá ayuda en los profesionales para poder disfrutar del proceso y además les estás dando un trabajo que realmente necesitan.

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