La pandemia más antigua registrada ocurrió durante la Guerra del Peloponeso, un conflicto militar de la Antigua Grecia que enfrentó a las ciudades formadas por la Liga de Delos (encabezada por Atenas) y la Liga del Peloponeso (encabezada por Esparta).

Después de que la enfermedad pasó por Libia, Etiopía y Egipto, cruzó las murallas atenienses mientras los espartanos asediaban. Hasta dos tercios de la población murió.

Los síntomas iban desde fiebre, sed y piel roja hasta sangre en la garganta y lengua. Se cree que esta enfermedad, que mató a gran parte de la infantería ateniense, algunos de los marinos más expertos y a su líder Pericles, fue un factor significativo en su derrota contra los espartanos.

También conocida como la plaga de Galeno, se cree que esta fue posiblemente una aparición temprana de la viruela que comenzó con los hunos, una confederación de pueblos nómadas y seminómadas formada a partir de varios grupos étnicos de Asia Central.

Los hunos infectaron a los alemanes, que lo pasaron a los romanos y luego las tropas que regresaron lo extendieron por todo el imperio romano, con síntomas que incluyeron fiebre, dolor de garganta, diarrea y, si el paciente vivió lo suficiente, llagas llenas de pus.

Esta plaga continuó hasta aproximadamente el año 180 d.C. con el emperador Marco Aurelio como una de sus víctimas.

Llamada así por la primera víctima conocida, el obispo cristiano de Cartago, la peste cipriana implicaba diarrea, vómitos, úlceras de garganta, fiebre y manos y pies gangrenosos.

En un intento de escapar de la enfermedad, los habitantes huyeron del país propagándola, provocando brotes recurrentes en los siguientes tres siglos.

Posiblemente comenzó en Etiopía, pasó por el norte de África, hacia Roma, luego hacia Egipto y hacia el norte.

Con su primera aparición en Egipto, la peste de Justiniano se extendió por Palestina y el Imperio Bizantino, y luego por todo el Mediterráneo.

La plaga cambió el curso del imperio, arruinando los planes del emperador Justiniano de volver a unir al Imperio Romano y causando efectos catastróficos sobre la economía.

Su recurrencia durante los próximos dos siglos eventualmente mató a unos 50 millones de personas, el 26% de la población mundial.

La lepra se volvió pandemia en Europa en la Edad Media y esto resultó en la construcción de numerosos hospitales centrados en la lepra para poder atender a la gran cantidad de víctimas.

Se creía que esta enfermedad bacteriana de desarrollo lento que causaba llagas y deformidades era un castigo de Dios que corría en las familias, lo que condujo a juicios morales y al ostracismo de las víctimas.

Responsable de la muerte de un tercio de la población mundial, esta peste bubónica posiblemente comenzó en Asia y se trasladó al oeste ingresando a través de Sicilia.Los cadáveres se volvieron tan frecuentes que muchos se pudrieron en el suelo y crearon un olor muy desagradable y constante en las ciudades.

Inglaterra y Francia estaban tan incapacitados por la plaga que suspendieron los enfrentamientos (estaban en guerra desde 1337). Por otro lado, el sistema feudal británico colapsó cuando la plaga cambió las circunstancias económicas y demográficas y los vikingos, que intentaban colonizar Groenlandia, tuvieron que detener su exploración de América del Norte cuando la peste devastó la población.

Una de las plagas más devastadoras de su historia resultó en la muerte del 20% de la población de Londres. Los primeros casos de enfermedad ocurrieron en la primavera de 1665 y la tasa de mortalidad comenzó a aumentar durante los calurosos meses de verano.

Las ratas, atraídas por las calles de la ciudad llenas de basura y desechos, causaron la expansión de esta infección cuyo origen estaba en la bacteria Yersinia pestis, transmitida a través de las pulgas de las ratas. 

Lo peor del brote disminuyó en el otoño de 1666, casi al mismo tiempo que otro evento devastador: el Gran Incendio de Londres.

Esta ola de infecciónes del intestino delgado originada en Rusia provocó la muerte de un millón de personas. Al propagarse a través del agua y los alimentos infectados con heces, la bacteria se transmitió a los soldados británicos que la llevaron a la India, donde murieron millones más. 

Luego siguió expandiéndose por España, África, Indonesia, China, Japón, Italia, Alemania y América, donde mató a 150,000 personas.

En 1885 se creó una vacuna en pero las pandemias continuaron.

La pandemia de gripe asiática fue un brote de gripe aviar que se originó en China y se extendió por todo el mundo. Una segunda ola a principios de 1958, causó un total estimado de aproximadamente 1.1 millones de muertes en todo el mundo.

Su rápida difusión se debió por un lado al incremento de la rapidez de los transportes y vuelos internacionales, y por otro a la mutación sufrida por el virus.

Identificado por primera vez en 1981, el SIDA destruye el sistema inmunitario de una persona, lo que resulta en la muerte por enfermedades que el cuerpo normalmente combatiría.

Es difícil determinar cuándo y dónde se originó exactamente el VIH, pero se cree que fue en la República Democrática del Congo alrededor de 1920 cuando la enfermedad se propagó de los chimpancés a los humanos.

Actualmente hay tratamientos para retrasar el progreso de la enfermedad, pero 35 millones de personas en todo el mundo han muerto de SIDA desde su descubrimiento, y aún no se ha encontrado una cura.