Por suerte para nosotros, J.J. Abrams no puede dejar de llamar a sus viejos conocidos de la tele. Además de traer de vuelta a Greg Grunberg como el querido Temmin ‘Snap’ Wexley y sumar a Dominic Monaghan como un soldado de la Resistencia sin nombre, nos regala el mejor nuevo personaje de esta entrega a cargo de la mismísima Felicity Porter (Keri Russell). Zorii Bliss es una chica aguerrida y con prontuario, vieja a miga de Poe (Oscar Isaac) con el que comparte cierto pasado non santo entre los comerciantes de especias de Kijimi, planeta donde van a parar nuestros héroes en busca de algunas pistas.

Justamente, en Kijimi también encontramos a este pequeño representante de los anzellanos, una especie diminuta, pero muy inteligente. Babu trabaja como herrero de droides entre los comerciantes de especias y es todo un experto en reprogramar o modificar la memoria de casi cualquier robotito. Frik juega un papel fundamental a la hora de descifrar la ubicación de la nueva y destructiva flota de la Primera Orden, escondida en el programa de C-3PO.    

Esta luchadora por la libertad de la galaxia tiene raíces en Kef Bir, que solía ser una luna oceánica y ahora es el hogar de los restos de la segunda Estrella de la Muerte. Jannah termina cruzando caminos con Finn (John Boyega), Poe y Rey (Daisy Ridley), liderando a un grupo de guerreros en el enfrentamiento final con la Primera Orden. Los “caballos espaciales” que montan se llaman orbaks, oriundos del planeta desértico Pasaana. No vamos a tirar spoilers, pero la chica también tiene un pasado conflictivo.

No hay mucho que podamos decir sobre este general de las Fuerzas Armadas de la Primera Orden. Pryde es un orgulloso (¡je!) oficial bajo el mando del Líder Supremo Kylo Ren (Adam Driver), quien suele chocar contra las ineptitudes del General Hux (Domhnall Gleeson). Pryde es un despiadado que, en seguida, nos recuerda al severo Wilhuff Tarkin (Peter Cushing), quien murió durante la destrucción de la primera Estrella de la Muerte.

El nuevo droide de turno no cumple una función muy específica, más allá de vender muñequitos y hacer buenas migas con BB-8. Es un robot maltratado por sus antiguos dueños, lo que le da una personalidad bastante desconfiada, pero encuentra nuevos amigos (y propósitos) entre la Resistencia.