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Cine y series

Stormfront y el meme como superpoder moderno

El personaje introducido en la segunda temporada se mostró tan interesante como enigmático y, posteriormente, tétrico y hábil en el uso de memes. En esta nota, analizamos el uso de las redes sociales como campaña política de la mano del escritor Juan Ruocco y el periodista Lucas Baini.

Stormfront y el meme como superpoder moderno

Definir a The Boys es bastante fácil. Es una serie basada en un cómic homónimo escrito por Garth Ennis y dibujado por Darick Robertson que sólo le interesaba a quienes sabían buscar entre los cientos de tomos de Marvel y DC en los estantes de las comiquerías.

Al igual que The Umbrella Academy, la serie toma al cómic como punto de referencia para, después, desarrollar una historia a gusto y placer. Y es que, claro, la serie no puede permitirse el mismo poder visual que el cómic, pero sí orbitar alrededor de la idea original para decir algo más.

Ahora, a diferencia de The Umbrella Academy, The Boys aprovecha para levantarle el dedo del medio al cine de cómics que se lleva todos los éxitos de taquilla (o lo hacía antes de que el COVID-19 se interpusiera) y al mundo del espectáculo haciéndole, a los súper, una crítica watchmeniana mucho más extrema y evidente.

De eso va la primera temporada: una representación del mundo de las superestrellas. Sólo que, en vez de actores, influencers y algún que otro mortal con un precinto VIP, hay superhéroes. Entrevistas, sonrisas falsas, secretos, odios subterráneos, contratos de confidencialidad, modelos de consumo para saciar el apetito del público, posters, figuras de acción. Todo comprimido en una serie de una temporada y otra en curso.

Por el momento, la segunda temporada quiere mostrar dos cosas. La primera es la caza de supuestos terroristas y las amenazas falsas para hacerle olvidar a la gente que los súper no son dotados, sino fabricados y, por otro lado, la segunda es… Stormfront.

A ver, a ver, ¿qué pasó?

Bueno, en el cómic, Stormfront es el tipo de la foto de arriba. Bien distinta a la versión de la serie. El Stormfront de Ennis es un nazi hecho y derecho (tampoco es casualidad el nombre) producto de los experimentos de Adolf Hitler con el Compuesto V, esa especie de suero de supersoldado del universo The Boys, y que ahora trabaja para los estadounidenses, aunque sin haber perdido ni una pizca de su ideología.

Pero el Stormfront de los cómics no tendría efecto a día de hoy. Serviría (o sirve) para hacerle la sombra a fenómenos mucho más sutiles e imperceptibles a primera vista. Probablemente el Stormfront comiquero hubiera hecho alguna que otra cosa en la serie, pero hubiese quedado descolgado de la realidad que la misma plantea. Por eso, el personaje fue inteligentemente remodelado, pasando de ser él para ser ella.

“Me parece que el contrapunto de Homelander es mucho más interesante si lo tiene con una mina”, explica Lucas Baini, periodista especializado en cine y fundador del canal Cámara en Mano. “Es interesante para traer, de una manera diferente, la agenda mundial y toda esta revolución feminista. Hay series que la tratan de incorporar y en muchas queda como forzada. The Boys pone otros matices: la que trae la agenda feminista es la villana”.

Y es que la Stormfront a la que le da vida Aya Cash se muestra como el rostro empático de Vought, que viene a romper con las cadenas del pasado y a exponer las costuras del establishment.

Un establishment comunicativo que, según Juan Ruocco, estudiante de Filosofía y escritor que indagó en las fauces de 4Chan, viene resquebrajándose desde que Donald Trump, en su campaña para presidente de los Estados Unidos, subió una imagen caricaturizado como Pepe The Frog, meme ídolo del sitio que Ruocco investigó y que está colmado por "incorrectos" políticos.

Pero no fue sólo el primero y nada más. Fue un primer uso de meme exitoso. “Lo que hace Trump es tomar un meme que ya estaba creado por un grupo que, en Internet, bancaba su candidatura. No es un meme que genera su equipo de campaña: es algo que sacan de una comunidad online. Es un meme bottom-up, desde las bases hacia el candidato”, explica Ruocco.

Stormfront, por su parte, utiliza cómodamente los medios de comunicación modernos como el vivo de Instagram, tiene su propia cuenta de Twitter verificada, da entrevistas con un estilo propio y sin seguir un guion previamente articulado y le habla a la gente común con el lenguaje de la gente común. Hasta apunta a ese “stay woke” sororo entre las súper femeninas.

Stormfront es elegida por la empresa sin haberle consultado a otros, es una imposición desde arriba pensada para equilibrar al equipo. No tanto desde el punto de vista de su eficiencia, sino por su poder comercial y comunicativo. Es muy probable que Vought sepa las consecuencias de haberla contratado, pero, por ahora, no es un problema: ella es la pieza que necesita la marca en este momento.

“Stormfront cambia el foco de información”, explica, ahora, Baini sobre este fichaje de Vought. “Le tira mierda a la empresa desde lo poco operativa o inútil que puede llegar a ser, algo que ellos pueden subsanar con: ‘Bueno, simulamos un ataque terrorista y, justamente, son Los Siete los que lo solucionan'”.

¿El enemigo de mi enemigo es mi amigo?

Hablar mal de Homelander, ese poderoso vetusto que necesita ser removido para, así, dejarle espacio a lo nuevo, es la fórmula que Stormfront usa para ponerse al público directo en su bolsillo.

Y es que la idea de que un nuevo personaje objetivamente poderoso (aunque malvado) le plante cara al que, durante toda una temporada, estuvimos odiando… está bien. Es una idea bastante cool que hace que, en cierto punto, simpaticemos con ella. Y es que ese es el plan.

“Es un personaje que tiene muchísima energía. Te apela quieras o no. Incluso ahora, con todas las cosas que hizo, se coloca como el segundo personaje más disruptivo de la serie después de Homelander, lo cual es un re logro”, confiesa Baini.

En el cuarto episodio nos enteramos de que Stormfront viene siendo una súper hace mucho tiempo y que pasaba su tiempo asesinando a jóvenes afro por crímenes que jamás habían cometido. Pero ahora cambió su nombre, cambió su forma de comunicarse y se aggiornó políticamente. Igual... algún que otro resabio queda, ¿el despido de A-Train lo habrá incentivado ella?

Toda esta metáfora llega a su punto máximo cuando Stormfront masacra a una gran cantidad de gente en su afán por eliminar a una amenaza y maquilla lo sucedido como “daños colaterales”. Obvio que la propaganda le atribuye la masacre a los “terroristas” y la hace quedar a ella como una heroína.

El acomplejado, hegemónico, ególatra e infantil Homelander ve los memes feos y normaluchos contra él y le toca una fibra. La autoestima de un semidios agujereada de inmediato. Y eso que son imágenes realmente básicas, hechas nada más que para hacerse virales. Pero él se enoja. El “Ok, boomer” más grande del siglo. Lo entendemos: no es fácil dejar de ser el Funko Pop más vendido al hazmerreír de las redes sociales.

“Ya batallé con 5 mil, cinco no serán problema” O sí…

“En Internet, si vos tenés una comunidad orgánica, o sea gente que comparte memes porque sí, podés hacer que un millón de personas cero creativas terminen creando un meme más creativo que un spot de campaña”, dice Ruocco sobre las publicidades profesionales versus los memes hechos a mano.

En un cruce verbal, Stormfront lo deja en un K.O. técnico insuperable: “Gastaste 273 millones de dólares en esa porquería de ‘Salvando Estados Unidos’ y yo te llevo la delantera con cinco tipos creando memes en sus computadoras. Prácticamente les pagué con gift cards de Arby's”. Arby’s es una cadena de fast food estadounidense. Sí. Auch.

Si bien, para Ruocco, todavía la presencia en televisión juega un papel importantísimo en la campaña de los candidatos políticos (el caso cabal vuelve a ser Donald Trump), de a poco van apareciendo ejemplos que dan vuelta la tortilla.

Alexandra Ocasio-Cortez hizo una gran campaña en Internet y puerta a puerta. Ahí marcó una diferencia enorme y ganó su distrito”, explica Ruocco. Peeero, no es lo mismo postularse para Nueva York que para presidente de los Estados Unidos. Todavía la televisión sigue siendo un caudal importante de público, pero es sólo cuestión de tiempo.

La Embajada Británica vendiendo sus becas con memes, el Frente de Todos promoviendo la lucha contra el coronavirus utilizando la dinámica del Among Us, Joe Biden haciendo campaña con frases de Donald Trump… era cuestión de tiempo la llegada de una villana cuyo superpoder fuera conocer a la perfección los códigos tecnológicos para amplificar su mensaje podrido al mejor estilo caballo de Troya.

Ahora sólo queda esperar el término de esta segunda temporada electrizante y ver cómo sigue desarrollando Stormfront sus habilidades tecnológicas para usarlas a su favor. No sería loco verla prendiendo stream en Twitch para verla jugando a Fortnite con tres suscriptores. O saliendo a luchar, junto a Homelander, por la supremacía de los súper a nivel mundial.

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