Tras ser sometido a varias operaciones cerebrales que no pudo superar, el dictador panameño Manuel Noriega murió este lunes, a los 83 años.
Noriega pasó los últimos meses de su vida en coma y, sus últimos 26 años, en cárceles de Estados Unidos, Francia y Panamá por estar vinculado a causas de asesinato a enemigos políticos, lavado de dinero y narcotráfico.
La muerte fue confirmada por el presidente de Panamá, Juan Carlos Varela, a través de su cuenta de Twitter.
En enero de este año había logrado obtener la prisión domiciliaria en la casa de una de sus tres hijas. El objetivo era prepararse para la intervención cerebral que terminaría acabando con su vida.
Entre otras causas, hasta el 28 de enero, cumplía más de 60 años de condena en la cárcel de El Renacer, ubicada en las afueras de la capital panameña, por la desaparición y el homicidio del guerrillero de izquierda Hugo Spadafora, por la muerte del militar opositor Moisés Giroldi y por la denominada Masacre de Albrook, en 1989.