En su aniversario número 100, Billiken lo celebra prácticamente desapareciendo. Es que la histórica revista infantil, una de las tantas publicaciones de Editorial Atlántida, sufrió el advenimiento de la era digital y ahora, la crisis.

Los despidos en la editorial y la decreciente cantidad de lectores en papel se unieron en una fórmula letal para esta publicación, para la tristeza de los chicos de hoy -y también los de ayer.

Ante este panorama, muchas personas señalaron la similitud de la situación con el caso de Anteojito, creación del historietista Manuel García Ferré desaparecida en 2001. ¿Cuánto de esto es cierto?

Si bien Billiken fue la primera en aparecer (fue fundada el 17 de noviembre de 1919; Anteojito recién llegaría el 8 de octubre de 1964), ambas revistas se transformaron en una suerte de colorida enciclopedia que niños y niñas de varias generaciones consultaban religiosamente. Hasta la llegada de Internet, claro.

Habiendo alcanzado 1.925 números publicados, Anteojito dejó de salir a la calle el 28 de diciembre de 2001, fuertemente golpeada por la profunda crisis económica que azotaba al país. 

Billiken sobrevivió al caos de 2001 y, aggiornada a los tiempos que corren, continuó imprimiéndose, acompañando a nuevas camadas de escolares con sus ilustraciones, láminas y stickers.

Pero luego se desarrolló Internet y con ella, Google y Wikipedia. Lo mismo que sufrieron diarios, periódicos y otras revistas, le sucedió a Billiken: los números comenzaron a bajar estrepitosamente, resultando en la reducción de su tirada y pasando de ser de entrega semanal a mensual en junio de 2018.

Su número más reciente (5.137) fue editado el 30 de enero y es probable que se trate del último, ya que, según denuncian desde la Comisión Gremial Interna de Atlántida, la revista "se encuentra en situación crítica" debido a que la empresa "despidió a todos sus redactores y con la estructura que quedó difícilmente pueda realizarse".

El condimento de la digitalización de la sociedad no estaba aún presente en 2001, lo que establece una fuerte diferencia entre ambas publicaciones. El resto lo dejamos a criterio del lector.