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Atenuar la grieta: en busca de acuerdos con un dólar intervenido

Cambios en las reglas de juego en un año electoral, con el apoyo del FMI el gobierno busca calmar a los mercados y garantizar su llegada a octubre.

Atenuar la grieta: en busca de acuerdos con un dólar intervenido

Como se observa desde principio de año, el dólar es la variable que más preocupa a Cambiemos. No es menor que sea la única que le queda para mostrar algo similar a un logro en una gestión que produjo dos años consecutivos de caída del producto (algo que no pasaba desde 2002), la inflación más alta desde la salida de la hiper en el 91 y el préstamo más grande firmado por el FMI.

Lo que queda claro, en el aniversario de las primeras corridas de 2018, es que la economía argentina no puede soportar nuevas embestidas cambiarias. El gobierno lo sabe, y al parecer el FMI también, ya que hubo un cambio en las reglas de juego y nos despedimos de la zona de no intervención en el dólar inaugurada por la gestión de Sandleris. Contrario al marco teórico y desarrollo histórico del Fondo, ahora permite la venta de divisas de parte del Central para controlar su precio. Así de grande es el apoyo oficial.

En paralelo, al mejor estilo noventero, el presidente Macri envió una carta con 10 puntos de consenso básico a los posibles candidatos en un intento de reducir el riesgo electoral que siempre se traduce en dolarización. No sorprende que varios de los puntos sean lo que no consiguió su propia gestión. Patear la pelota no resuelve la cuestión y la evidente miopía de no ver la situación económica actual cómo riesgosa trae problemas que no se disuelven después de las elecciones y se profundizarán en 2020 cuando haya que pagar la deuda. 

Todas las herramientas están en la mesa para atacar el tipo de cambio, que ronda los $46, y garantizar cierta estabilidad en el año impar, como si no hubiera mañana. La conocida absorción de pesos y suba de la tasa de interés de referencia (que ya supera el 73%) se mostraron insuficientes. Se agregó la licitación de 60 millones de dólares por día de parte del Tesoro pero tampoco alcanzó y ahora se suma la venta directa de reservas del Central para controlar directamente el precio de la divisa.

El ancla nominal para controlar el resto de las variables de la economía es explícitamente el dólar. Noticia que, dado un contexto internacional desfavorable para nuestro país y todos los mercados emergentes, parece traer un suspiro y los exportadores liquidan con más seguridad. Sin embargo, los especialistas dudan del poder de fuego que tenga el BCRA, dadas las reservas actuales, para frenar una corrida cambiaria pero hay acuerdo en que pueda controlar al menos la volatilidad que venía reinando en el último tiempo.

De seguro, no podemos esperar en este contexto bajas sustanciales en la tasade interés, es decir, que el sector productivo siga llorando porque podemos esperar incluso nuevos máximos históricos (que nos llevan al 2002) para intentar dejar atractivos los pesos. Dejando esto al margen, esperemos que no se ponga en juego la capacidad de la entidad presidida por Sandleris por que tal vez necesitemos nuevas medidas que liberen más fondos (le toca nuevamente al Tesoro) que calmen a los mercados. ¿Y 2020? Es lo que deberíamos preguntarnos. 

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