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Barras y Hooligans: ¿Por qué Inglaterra pudo erradicar la violencia?

Los reiterados casos de violencia de los barras brava en el fútbol argentino reflotan la pregunta sobre la posible aplicación en nuestro país de los métodos ingleses con los Hooligans.

Barras y Hooligans: ¿Por qué Inglaterra pudo erradicar la violencia?
Hooligans

Según especialistas europeos que analizaron la situación en Argentina, definieron que el problema es mucho más grave que en cualquier otra parte del mundo. Y que mientras no exista un cambio estructural es inconducente considerar en cambiar el accionar de los barras sino se produce un impulso total desde la educación.

¿Qué pasó en Inglaterra?

Después de la Segunda Guerra Mundial Inglaterra vivía un auge en la cantidad de espectadores que asistían a los estadios de fútbol: 40 millones de hinchas entre las cuatro divisiones de la liga.

En mayo de 1985 dos sucesos consecutivos emblemáticos produjeron un quiebre en la sociedad inglesa que ya estaba viviendo hechos de violencia permanente en los estadios de fútbol. Primero, el incendio de de una tribuna del Bradford (equipo de la tercera división) se cobró la vida de 56 personas.

Incendio de Bradford

Dos semanas después, en la final de una Copa de Europa, una avalancha de los hinchas de la Juventus en el estadio del Haysel, en Bélgica, producto de las agresiones de la facción del Liverpool llevó a la muerte de 39 personas. Este hecho llevó a la UEFA a la prohibición de competir por 5 años a todos los clubes ingleses y por 6 al Liverpool.

Tragedia de Haysel

Como consecuencia, los 40 millones de hinchas se redujeron a 16 millones en la temporada 1985/86. Y el desencadenante más representativo se dio en la avalancha que se conoce como “La Tragedia de Hillsborough” que, a pesar de no estar ligada a hechos de violencia, dejó 96 víctimas en un estadio de fútbol.

Tragedia de Hillsborough

¿Qué decisión se tomó?

La decisión del gobierno británico fue la elaboración de un informe, conocido como “El Informe Taylor”, en el que se postularon una serie de recomendación para erradicar la violencia y la inseguridad en los estadios de fútbol.

Una de las medidas más trascendentes pasó por la sanción de nuevas leyes con consecuencias penales y con la prohibición del ingreso a un estadio de por vida que abarcaban:

  • Entrar en un estadio cuando está borracho o en posesión de alcohol.
  • Posesión de alcohol en servicios de transporte cuando se traslada a un partido de fútbol.
  • Lanzar cualquier objeto en o hacia las áreas de juego o a espectadores.
  • Entrar en el campo sin excusa legal.
  • Canto indecente o racista.
  • Venta de entradas

Además, se instruyó a la policía sobre cómo actuar en eventos deportivos, se agregaron cámaras de vigilancias en los estadios para posibles investigaciones judiciales, se obligó en la construcción de los nuevos estadios a que todos los espectadores estén sentados para facilitar identificaciones, se eliminaron las grandes vallas de contención para evitar aplastamientos y se triplicó el precio de las entradas.

¿Funcionaron estas medidas?

Hoy en día, los estadios de fútbol ingleses son considerados seguros, no tienen vallas perimetrales de paso, todos los espectadores están sentados y ocasionalmente hay hechos de violencia en escalas muy limitadas y en los alrededores del estadio.

Esta eficacia llevó a recuperar la asistencia de los hinchas y pasar de los 16 millones en el ‘85/86 a los más de 30 millones en las últimas temporadas de la Premier League.

¿Por qué no funcionarían en Argentina?

Los Hooligans formaban parte de un grupo de la sociedad marginal, sin relación con el sistema político, judicial o policial. Por lo que la aplicación de estas medidas de seguridad no tenían la necesidad de combatir con una infraestructura delictiva orgánica a la estructura social.

Incidentes River-Boca

En Argentina, los barras bravas de prácticamente todos los equipos de todas las divisiones forman parte de los negocios relacionados con los jugadores, con los estacionamientos, con el merchandising que se vende en las calles, con los políticos, jueces y policía.

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