Ludmila Ayelén Bazán tenía 23 años y una hija de 7 años, cuando el 21 de diciembre de 2015 su cuerpo, sin vida, fue encontrado desfigurado, en un basural, en el partido de Junín. La noche anterior había salido a hacer un mandado y nunca más se supo de ella.
Hoy empieza el juicio por su femicidio, en el que están imputados cuatro hombres, el más joven, de 44 años, como autor material y los otros tres, mayores de 50, como encubridores.
Los cuatro, de nacionalidad paraguaya, habían llegado a Junín desde el conurbano bonaerense, donde estaban trabajando como albañiles en una obra en construcción.
Según el testimonio de dos de ellos, la joven fue golpeada, terminó desvanecida, y luego fue llevada a un descampado, donde fue violada y brutalmente asesinada.
En las audiencias, que tendrán lugar hoy y mañana, se estima que se escucharán cuarenta testimonios.
Gustavo Silvestre Núñez Ibarra llegó al juicio detenido en la Unidad Penal N° 13 de Junín. Está imputado de homicidio agravado por alevosía y femicidio.
Los otros tres acusados enfrentan cargos por encubrimiento de delitos especialmente graves. Luciano González Leith, Alberto Antonio Quiñones Chiñolis, Patrocinio Pérez Sanabria, se encuentran con pulsera electrónica, en sus domicilios, en el conurbano bonaerense.
La investigación tomó curso a partir del análisis de llamadas telefónicas. Los imputados habían llamado a Ludmila para que fuera esa noche del 20 de diciembre a la obra en construcción en la que estaban trabajando.
En ese domicilio la habrían golpeado y se habría desvanecido como consecuencia de la violencia recibida. La habrían llevado a un descampado, donde habría sido violada y luego asesinada. La muerte se produjo por asfixia mecánica.