A raíz de la pandemia por coronavirus, en Argentina el 19 de marzo se decretó el aislamiento social, preventivo y obligatorio que comenzaba a correr a las 00 horas del 20. En principio por 15 días, pero esos 15 días se fueron extendiendo y ya llevamos más de un mes en nuestras casas. 

En este contexto, ¿qué pasa con los niños? Esa pregunta la responde la licenciada en psicología Beatriz Goldberg con quien desde Filo.news charlamos luego de que la Sociedad Argentina de Pediatría (SAP) advierta sobre los cambios en el estado emocional de los más chicos.

"Si bien al principio a los pequeños les gustó la idea de quedarse en casa, sobre todo por el hecho de compartir más tiempo con los padres, luego esto los empezó a afectar", señaló Goldberg ya que la situación implica un quiebre en lo cotidiano que puede repercutir en la psicología del niño trayendo inhibiciones y regresiones en algunos casos.

"Los chicos al estar encerrados sienten que están castigados, que por eso no pueden salir. Sienten que esto es algo que les pasó por algún motivo de ellos", comentó la licenciada y resaltó la importancia que tiene el buen diálogo entre padres e hijos. 

Aunque hay que tratar de "dosificar la información" que llega a oídos de los más chiquitos, es crucial que se les explique realmente lo que está pasando. Obviamente con el vocabulario adecuado a cada edad y evitando ciertos detalles innecesarios.

¿Cómo deben actuar los padres ante esta situación? Bueno, los padres al principio también estaban con mucha más energía, "le pusieron buena onda y trataron de encontrar actividades para poder estar con sus hijos de otra manera, de una manera que no acostumbraban". Pero a medida que fue pasando el tiempo, como a todos, en mayor o menor medida, llegó el desanimo y la intolerancia.

Acá, lo fundamental es que se entienda que uno es el adulto y que sin lugar a dudas uno puede sobrellevar la situación de una forma más madura. Por más de que la incertidumbre gane muchas batallas, tenemos la capacidad de interpretar mejor los acontecimientos, en cambio el niño no, y es por eso que se debe acompañarlo desde el amor. "Tiene que haber mucha mas tolerancia por parte del adulto", destacó Goldberg.

Tampoco hay que ser extremistas ni pesimistas, por suerte, "el hecho de que se permita salir a caminar al menos unos metros, a los niños les puede dar la sensación de que esto va a ir evolucionando y de que algún día se va a terminar", remarcó Goldberg y aseguró que "es importante que salgan de sus casas para que puedan sentir el contacto con el mundo exterior".

Otro tema que surge habitualmente es la ayuda con las tareas escolares y el uso de la tecnología. Todos aquellos niños que tienen acceso están recibiendo clases de manera online, y mucho de ellos quizás deban tener "supervisión para que no se dispersen" ya que no cuentan con la contención presencial del maestro, por eso el rol de los padres acá también es primordial.

Respecto al uso de la tecnología la licenciada sostiene que en estos tiempos puede ser muy buena, y por más que haya que regular su uso "se puede ser un poco más elástico y flexible con los horarios", eso no va a ser perjudicial.

Ahora bien, hasta el momento los hijos de padres separados estaban pasando la cuarentena con uno de ellos, es decir, en su hogar habitual, pero desde el viernes pasado la Decisión Administrativa 703, publicada en el Boletín Oficial, reconoció que los hijos de padres separados tienen derecho a "mantener relaciones personales y contacto directo con progenitores o referentes afectivos".

Por supuesto, los traslados deberán contar con una declaración jurada que certifique dicha actividad, y se permitirá que una vez por semana se visite el domicilio del "otro progenitor o progenitora, o referente afectivo".

En esos casos, la licenciada Goldberg no pierde de vista que las modalidades de crianza de cada padre seguramente varíen y que ahí se gesta otra problemática en cuánto a los límites, el apoyo y las actividades que los niños puedan desarrollar en cada casa. Ante esto, lo mejor será acordar un pacto entre ambos padres, porque si bien esto siempre es así en momentos donde la rutina diaria se transformó en solamente estar en casa, la psiquis de los niños debe tener mucho más cuidado.