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Control de cambios y reperfilamiento para cuidar las Reservas Internacionales

En estas horas discutimos sobre el "reperfilamiento" de la deuda, los controles de cambio y el desembolso de los dólares del FMI. El trasfondo de todas estas cuestiones es el nivel de Reservas y su capacidad de intervención. 

Control de cambios y reperfilamiento para cuidar las Reservas Internacionales

Las medidas anunciadas en los últimos días aparecen como respuesta a la incapacidad de las arcas del Banco Central para hacer frente a todas sus obligaciones: el pago de la deuda interna y externa, afrontar la salida de depósitos en dólares y abastecer la demanda de billete verde. Luego de un Agosto nefasto para las finanzas nacionales con una caída en un 55% del valor de los Bonos, un salto en 38% del valor del dólar y una pérdida de u$s 13.801 millones en las Reservas sólo en un mes, la situación se tornó insostenible.

La necesidad del Gobierno de tomar cartas en el asunto también se explica por la incertidumbre que generan las idas y vueltas del Fondo Monetario Internacional sobre el desembolso de los 5.400 millones de dólares tan necesarios en momentos donde el cálculo de las Reservas disponibles del BCRA se encuentra en torno a los u$s 15.400 millones. 

La pregunta que se desprende del escueto poder de fuego del Banco Central es en qué utilizarlas. ¿Intervenir en el mercado cambiario para frenar una escalada aún mayor del billete verde? ¿De qué forma realizar esta intervención?, o por el contrario ¿Dejar libre el precio del dólar para dar certezas acerca del pago de las obligaciones? Veamos. 

Por un lado, tenemos las declaraciones de funcionarios del Gobierno que sostienen la necesidad de defender el valor del dólar alrededor de los $60. En un escenario de total incertidumbre como el actual, la “defensa del peso” es costosa, como evidencian los más de u$s 2.000 millones de dólares utilizados por el Banco Central desde las PASO hasta la fecha sólo para intentar controlar al dólar. Pero el desguace de divisas en estos niveles no puede ser sostenido en el tiempo sin generar un vaciamiento en las arcas de la entidad monetaria, un escenario que minaría aún más la confianza de los acreedores de la deuda argentina frente a la eventual imposibilidad de hacer frente a los vencimientos, situación que se vería reflejada en un aumento del Riesgo País. 

Pero este escenario no sólo es sombrío para el Gobierno, sino que es aún más grave para la próxima administración: heredar un Banco Central sin Reservas cuando el grueso de los vencimientos de deuda externa se concentra en el período 2020 - 2023 significa un default asegurado, y potenciales tensiones con el FMI, el principal acreedor de nuestro país.

Incluso, dentro de esta orientación aparece un debate sobre qué estrategia tomar para intentar contener al dólar. Estas dudas aparecen, por un lado, sobre la estrategia elegida por Sandleris y Cañonero, la cual consiste en realizar subastas pequeñas (de alrededor de u$s 100 millones) en el mercado, que sólo sirven para llenar el vacío de oferta genuina del billete verde en las mesas. De esta forma, se crea un efecto de “quema” de reservas criticado por sectores que reclaman una intervención más decidida del Banco Central “a la Caputo” como ocurrió durante la corrida del año pasado, donde el ex presidente de la entidad llegó a ofrecer u$s 5.000 millones por día a un precio de determinado ($25), intentando estabilizar el valor del dólar en esos niveles.

Por otro lado, se presenta la alternativa de cuidar las arcas de la entidad monetaria para intentar mostrar algo de seguridad sobre la capacidad de pago de la deuda. Esta dinámica implica no intervenir en el mercado cambiario, lo cual puede desembocar en una escalada en el valor del billete verde, con una eventual espiralización inflacionaria. Avanzar en este sentido puede aliviar el pasivo del Banco Central en torno a una licuación del valor de las LELIQ, pero hacer crecer el peso de la deuda externa sobre el PBI nacional, en momentos donde esta se encuentra en niveles del 110%. 

Las medidas tomadas por el flamante Ministro Lacunza pueden entenderse como un intento de equilibrar los escenarios presentados: mientras estira el pago de los vencimientos de deuda con el “reperfilamiento” para cuidar las Reservas y avanza en controles de cambios para generar solvencia de dólares, interviene en el mercado ofreciendo dólares para intentar contener nuevas subas en el valor del billete verde.