En enero a Martín –nombre ficticio para preservar la identidad de la fuente– lo echaron de su trabajo. Después de algunos meses de búsqueda activa en Buenos Aires y sin obtener los resultados esperados se subió a un avión rumbo al norte de California donde todas las carreteras huelen a marihuana.
Allí queda lo que se conoce como el Triángulo Esmeralda, epicentro del cultivo de marihuana en Estados Unidos, integrado por los condados de Trinity, Mendocino y Humboldt.
Si bien desde 2016 es legal en todo el estado de California la producción, venta y consumo de marihuana con fines recreativos, la mayoría de los productores se mantienen en el mercado negro para evitar la alta carga impositiva o porque superan la cantidad de plantas que permite la ley. Apenas hay 8.000 granjas legales de cannabis en el estado de las 15.000 que había en 2018 solo en Humboldt y Mendocino.
Como Martín, decenas de personas arriban a la zona para trabajar en la temporada -de julio a diciembre- bajo una modalidad de empleo ilegal ya que suelen ingresar a Estados Unidos con una visa B2 que les permite permanecer en el país 6 meses pero únicamente como turistas.
Él viajó a fines de abril con cuatro amigos. El 4 de mayo fue su primer día de trabajo en una granja cerca de Garberville y se unió a una comunidad conformada por aproximadamente 15 trabajadores golondrinas de la marihuana. "De 15 personas, 12 somos argentinos. La mayoría de los que vienen son de Argentina, Uruguay o España. Todos jóvenes, de 25 a 40 años", comentó Martín en diálogo con Filo.News.
Las jornadas son extensas, entre 12 y 15 horas por día, y combina varias actividades: te pueden contratar para el trabajo de campoque consiste en regar, trasplantar, pruning (sacar las hojas que le sacan fuerza a la planta), cleaning (limpiar hojas o flores en el caso de que tengan alguna peste), o generar clones o brotes, nuevos crecimientos de las plantas; o bien para "trimmear", poda o manicura de los cogollos, esto significa dejarlo en condiciones óptimas para que pueda ser vendido (culo en silla, tijeras en mano y ¡a pelar marihuana!).
El trabajo de campo se paga por hora y requiere mucho esfuerzo físico por eso es posible una pérdida de peso involuntaria. En cambio en el trimming pesan los cogollos que cortaste y te pagan por libra (es un desgaste más mental). Después, depende la granja, te pueden pagar en el día o todo junto al final de la estadía...lo cual es un riesgo porque se conocen casos de personas que fueron estafadas y nunca recibieron su pago. Se puede ganar en promedio 5000 dólares por mes aunque depende de cuánto estés dispuesto o dispuesta a dar para alcanzar ese monto.
Si crees que no sabés hacer nada de lo mencionado anteriormente no te preocupes: "Es un bien preciado para ellos así que te capacitan antes de cualquier actividad. El dueño de la granja es muy exigente y hay que hacer el trabajo con mucho detalle", comentó Martín a Filo.News.
Martín está en un lugar donde cuenta con hospedaje y le proporcionan comida por lo que aumenta su capacidad de ahorro. "Dormimos en cabañas o en vehículos tipo Van. Estoy laburando 12 hs por día, hiper sucio y comiendo de latas o comida chatarra. Nos dejan usar el celular en el almuerzo y en la cena aunque sí nos permiten escuchar música durante el día. No podemos sacar fotos, sí podemos fumar y tomar mucha cerveza", continuó el argentino con su descripción.
Muchas veces las granjas ilegales tiene problemas con las autoridades y sufren persecuciones por parte de la Policía, la DEA y la Agencia de Protección Ambiental de California. Él no vivió nada de eso y se encuentra seguro junto a su comunidad. "Estamos todos en la misma" por lo que, según comentó, se apoyan unos a otros y no siente "miedo a la noche".
Por último vale la pena destacar que las jornadas de trabajo no están aseguradas para nadie. "Se vive día a día acá", dijo Martín y agregó: "¡Se migra siempre!". Esto significa que estás un tiempo en una granja y después pasás a otra y en el medio quizás tengas algún día porque así lo elegís o vacaciones forzadas porque ya están los cupos cubiertos o se terminó la cosecha en el lugar. En fin, una experiencia que este argentino de 28 años recomienda.
Si todo sale según lo planeado, Martín regresará al país en unos meses con el suficiente dinero en el bolsillo como para "invertirlo en algún emprendimiento personal" sobre el cual no dio más detalles.