El presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, visitará en el día de hoy Kenosha, la ciudad donde la semana pasada se desató una ola de protestas luego de que la policía acribillara a un hombre negro, en medio de una escalada de tensiones raciales y políticas de cara a las elecciones programadas para el martes 3 de noviembre.

El gobernador de Wisconsin, Tony Evers, y otras autoridades de ese estado le pidieron al mandatario que cancelara su viaje para evitar que vuelva a aumentar la tensión.

Pero el republicano se negó a hacerlo y durante su visita se encontrará con agentes de la policía y comerciantes, pero no lo hará con Jacob Blake, padre de quien el 23 de agosto pasado recibió siete tiros en la espalda cuando estaba desarmado.

La brutalidad quedó registrada en un video que prontamente circuló por las redes sociales y fue viralizado con más de 5 millones de reproducciones que mostraron a Blake recibiendo disparos a corta distancia mientras intentaba ingresar a un vehículo.

El caso tuvo lugar en medio de numerosas movilizaciones que no ceden ante la pandemia y que protestan contra la violencia policial, reclamando justicia con casos tomados como bandera como los de George Floyd y Breonna Taylor, ambos asesinados a manos de agentes de la fuerza.

De momento Blake, de 29 años, quedó parapléjico y sigue internado y el oficial que le disparó fue suspendido, pero aún no se lo acusó formalmente de nada. El miércoles siguiente, en el marco de las movilizaciones, un joven blanco irrumpió en una de las marchas en Kenosha y asesinó a dos personas e hirió a una tercera.

La falta de respuesta institucional provocó, una vez más, una ola de protestas contra el racismo y la brutalidad policial en otras partes del país, como la capital, donde el sábado pasado los familiares de Blake hablaron en la conmemoración del 57 aniversario de la histórica Marcha a Washington de Martin Luther King Jr.

Con la reactivación de las protestas también se reavivó el discurso agresivo de Trump, su Gobierno y, ahora, su campaña de reelección.

"Si no hubiera insistido con activar la Guardia Nacional e ir a Kenosha, Wisconsin, no habría ningún Kenosha ahora. Además, habría habido muchas muertes y heridos. Quiero agradecer a las fuerzas de seguridad y la Guardia Nacional. ¡Los veré el martes!", afirmó ayer el mandatario desde sus redes sociales.