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El padre de Darío Santillán pidió condena para Duhalde, Felipe Solá y Aníbal Fernández

A 20 años de los asesinatos de Darío Santillán y Maximiliano Kosteki en la estación de Avellaneda, el padre del primero reclamó por una justicia completa.

El padre de Darío Santillán pidió condena para Duhalde, Felipe Solá y Aníbal Fernández

En el marco de los 20 años del asesinato de Darío Santillán y Maximiliano Kosteki, los militantes que fueron baleados por la Policía bonaerense el 26 de junio del 2002, en medio de disturbios en la estación Avellaneda durante la crisis económica que afectaba al país, el padre de Santillan reclamó nuevamente una condena para las autoridades provinciales y nacionales de ese momento, al señalar que también son responsables de los asesinatos. 

En este sentido, Alberto Santillán participó de los actos organizados por los movimientos sociales y protestó: “La Justicia, de una vez por todas, que ponga los ovarios, las pelotas, lo que sea, pero no podemos seguir así, siempre el pueblo poniendo a los muertos. ¿Hasta cuándo vamos a poner nosotros los muertos?”, en una entrevista con TN.

Hasta la fecha de hoy, solo fueron condenados a perpetua el excomisario Alfredo Fanchiotti y del excabo Alejandro Acosta, a quienes fueron culpables de “doble homicidio agravado por alevosía y siete tentativas de asesinato”.

Asimismo, el padre de Darío sostiene que “las responsabilidades políticas también están más que claras” y lamentó “el grado de impunidad” que tienen Eduardo Duhalde, quien era presidente interino; Felipe Solá, quien gobernaba la provincia de Buenos Aires, y Aníbal Fernández, que ocupaba el cargo de secretario general de la Presidencia.

“Venimos teniendo un largo recorrido. Únicamente, y con mucha lucha, hemos conseguido la prisión perpetua para los cobardes que dispararon, para los policías. De ahí para acá, y han pasado ya 20 años, la Justicia no decide mirar hacia arriba y no hay un eslabón, según ellos, que conduzca a una responsabilidad política”, manifestó.

Además, agregó que “la masacre de Avellaneda no hubiera sido posible si no hubiese habido una orden directa del gobierno nacional”, pero los exfuncionarios “siguen paseándose por todos los medios de comunicación como si no tuvieran ningún tipo de responsabilidad, incluso presentándose como una salvación para la Argentina”.

Por último, resaltó la valentía que tuvo su hijo durante los disturbios del 26 de junio del 2002, en los que murió al ser baleado por la Policía: “Las imágenes de la estación son más que contundentes. Yo siempre sostengo que cuando uno está en una situación límite, en la que uno tiene que preservar la vida, uno prefiere irse, pero él, para no traicionar a sí mismo ni a sus amigos, decidió quedarse”, cerró.