Brasil parece tener dos grandes problemas en lo que a la contención del coronavirus respecta: Por un lado, se trata del decimoprimer país con más casos confirmados en el mundo (con 46.182 infectados). Por el otro, con Jair Bolsonaro a la cabeza, el Gabinete ha adoptado una postura negacionista en lo que a los efectos de la enfermedad implica. 

A este enfoque se sumó su canciller, Ernesto Araújo, quien desde su blog personal publicó una nota titulada “el comunavirus ha llegado”, haciendo referencia a lo que entiende como la “nueva pesadilla comunista” que la pandemia ha generado. 

Esto fue a partir de sus comentarios sobre algunos fragmentos del libro “Virus”, del filósofo esloveno Slavoj Zizek quien sostiene en ese texto que el coronavirus expuso la fragilidad del sistema capitalista e impuso un pensamiento que va más allá del mercado financiero y de las ganancias.

Araújo afirmó que el libro revela lo que “los marxistas esconden hace 30 años”, que a su juicio es que “el globalismo sustituye el socialismo como etapa preparatoria al comunismo” mediante la “inmensa oportunidad de construir un orden mundial sin naciones y sin libertades” a partir de la pandemia de coronavirus.

“Bajo el pretexto de la pandemia, el nuevo comunismo trata de construir un mundo sin naciones, sin libertad, sin espíritu, dirigido por una agencia central de "solidaridad" encargada de vigilar y castigar. Un estado de excepción global permanente, que transforma el mundo en un campo de concentración importante”, comenta el canciller. 

En esta línea marca que “debemos luchar por la salud del cuerpo y la salud del espíritu humano, contra el Coronavirus pero también contra el Comunavirus, que trata de aprovechar la oportunidad destructiva que abre el primero, un parásito del parásito”. 

Al momento Brasil es el país más castigado por esta enfermedad en la región, al tiempo que se estima que sobre el total de casos confirmados el número en verdad es considerablemente mayor dado que solo son testeadas aquellas personas que se presenten en los hospitales y con los síntomas de público conocimiento. 

Este escenario ha generado una fragmentación política entre los gobernadores estaduales y un presidente que se encuentra cada vez más aislado al tiempo que recrudece su discurso en pos de una intervención militar en el país que asegure el levantamiento en las medidas de confinamiento.