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La estación Callao del subte D podría llevar el nombre de Raquel Liberman

El proyecto será debatido por la Legislatura porteña en una audiencia pública el día lunes 3 de agosto.

La estación Callao del subte D podría llevar el nombre de Raquel Liberman

Raquel Liberman fue una inmigrante ucraniana víctima de la red de trata de blancas Zwi Migdal, red que desmanteló en 1829 tras haber sido prisionera durante seis años.

A pocos días del Día Mundial de Lucha contra la Trata (30 de julio), la Legislatura porteña debatirá en una audiencia abierta la ley por la que la estación Callao pasaría a llamarse "Callao-Raquel Liberman".

Este proyecto fue propuesto por al diputada del bloque UCR-Evolución María Patricia Vischi.

Mañana, 17 personas expondrán su postura acerca del proyecto de ley, que ya tuvo su primera aprobación legislativa el 28 de noviembre de 2019.

"Ella, a quien llamaban 'la polaca' como a tantas otras prostitutas rubias sometidas por proxenetas, decide denunciar en 1929 a sus explotadores, y esa actitud valiente permitió desbaratar por primera vez en el país una red de proxenetas con ramificaciones internacionales", declaró la diputada radical.

Sin dudas, la historia de Raquel es para recordarla y tenerla presente. Gracias a su denuncia, la Justicia apresó a108 explotadores, libró orden de detención de 334 prófugos y clausuró todos los prostíbulos de Buenos Aires.

No se sabe si Raquel decidió dedicarse a la prostitución por voluntad propia, pero sí le sucedió como a tantas otras mujeres que tuvieron que hacerlo para conseguir dinero y mantener a su familia.

En el caso específico de Raquel, su esposo Yaacov Ferber, que había emigrado de Polonia tiempo antes, falleció de tuberculosis cuando residían en Tapalqué. Así, Raquel se quedó viuda, sin poder conseguir trabajo y con dos hijos a cargo.

Habiendo comenzado a prostituirse, fue secuestrada por la red de trata de mujeres judías Zwi Migdal, que se disfrazaba de Sociedad Judía de Socorros Mutuos para secuestrar mujeres pobres de Europa oriental.

Durante seis años, queda prisionera de esta red, pero siempre ahorrando dinero. Hasta que, un cliente se apiada de ella e idean un plan para que ella salga. Él compraba a Raquel al proxeneta y ella, luego le devolvía el dinero.

Raquel junto a sus dos hijos.

Con el dinero que le sobró, se compró un local en la avenida Callao, pero Zwi Migdal la volvió a encontrar y, enviando a un hombre para enamorarla y que se casen, lograron recluirla en un burdel de Capital.

Sin embargo, ella logró escapar por segunda vez y, el 31 de diciembre de 1929, se presenta en una comisaría para declarar sobre la situación. Tiempo después, fue citada por el juez en lo criminal Manuel Rodríguez Ocampo y se descubrió que la red de trata operaba con complicidad de la Policía Federal.

El 17 de abril de 1935, a los 34 años, Raquel fallece de un cáncer de tiroides. Según se supo, poco tiempo atrás había estado tramitando los permisos para volver a Polonia a visitar a su familia.