Paula Sánchez Frega estaba de novia con Patricio Pioli, tatuador de La Rioja -se conocieron en el 2016 y al poco tiempo se fueron a vivir juntos- cuando se separaron (ocho meses después) él publicó videos y fotos íntimas de ella. A esto se lo denomina "pornovenganza" o sextorsión y es una forma de violencia hacia la mujer, violencia digital. 

Paula es la primera mujer que logrará llevar a juicio a su ex pareja. La causa "tiene que salir este año, ya que corre riesgo de prescribir", expresa Soledad Varas, abogada de Frega en diálogo con Clarín.

En junio de 2017 Pioli fue procesado con prisión preventiva (con beneficio de excarcelación) por los delitos de "coacción" y "lesiones leves calificadas" -que nada tiene que ver con la difusión de los videos sexuales porque todavía no está legislado en Argentina-. Estuvo detenido dos semanas y quedó en libertad pagando una fianza.

"Con mi consentimiento, él grababa nuestras relaciones íntimas. Yo no le preguntaba para qué, pero suponía que era para mostrárselas a sus amigos. A mí no molestaba, confiaba en él y pensaba que no pasaría de ese círculo. Pero todo cambió cuando mi intimidad cruzó la frontera llegando a lugares como a Córdoba. Ahí fue que decidí denunciarlo y llevarlo a la Justicia" dijo Frega a Clarín.

¿Cómo se siente hoy Paula?

"Tengo insomnio, cuando me duermo me despierto con sobresaltos y no me resulta sencillo salir a la calle porque la mirada del otro siempre es acusadora".

Trabajaba en un lugar de comida donde un grupo anónimo arrojó decenas de fotos con ella desnuda: "Me tuve que ir y no pude conseguir trabajo. ¿Quién me va a contratar? No tengo un centavo, por suerte me ayudan mis padres".

Está con tratamiento psiquiátrico, ataques de pánico, depresión y estrés postraumático. Tomando pastillas para dormir y antidepresivos.

Sobre leyes

En la Argentina, un anteproyecto dado a conocer en septiembre último impulsa incluir la figura de “pornovenganza” en el nuevo Código Penal. Aún no fue enviado al Congreso para su tratamiento pero en él se incluyó el artículo 493, que prevé una pena de entre seis meses y dos años de prisión a quien difunda un video, una imagen o un audio de naturaleza sexual, sin el consentimiento de la otra persona.

"No me interesa ningún resarcimiento económico", se sincera Frega. "Pero si lo recibiera lo utilizaría para abrir un refugio para mujeres víctimas de violencia de género. Aquí en La Rioja estamos muy desprotegidas, y yo soy un caso que la puede contar entre miles de mujeres".