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Los estragos que provoca una nueva droga en barrios pobres de Tucumán

La periodista Mariana Romero reveló lo que provoca esta sustancia que se vende a 200 pesos el porro

Los estragos que provoca una nueva droga en barrios pobres de Tucumán

La periodista Mariana Romero publicó hoy en su Twitter un resumen de lo que es una nueva droga que se vende en los barrios humildes en la provincia de Tucumán. Según informó, el porro de esa droga sintética llamada Cripy se vende a 200 pesos. 

La particularidad de este hilo de Twitter es que plasmó lo que causa esta nueva sustancia en una familia en particular. 

Isabel Ibáñez entró ayer a la pieza y vio a Franco, su hijo de 19 años, ahorcado. Era la 6° vez que lo intentaba. Lo descolgó, lo revivió, se puso el cable en el cuello y se colgó ella. La salvaron las hijas y los vecinos”, comenzó relatando la periodista. 

“Llamaron a un ambulancia que tardó bastante en llegar. Franco no estaba bien así que lo llevaron al Obarrio. Pero en el Obarrio no lo ingresaron, lo subieron a la ambulancia y lo despacharon a su casa otra vez. Los vecinos empezaron a llamar a políticos. No sé cuál se habrá conmovido, lo cierto es que finalmente, el Obarrio aceptó su internación. Estuvo un par de horas. Le dieron el alta, junto con una bolsita con pastillas y un papel donde decía cuando tomarlas. Su mamá no sabe leer”, continuó. 

Asimismo, explicó que el nombre de la nueva droga es Cripy y que causa estragos en quienes la consumen. Según afirmó, esta sustancia se vende en la Costanera desde hace unas tres semanas y se trata de una especie de marihuana sintética. 

La periodista se puso en contacto con Emilio Mustafá, psicólogo especializado en adicciones y éste le advirtió que esta droga se fabrica con las hojas de la marihuana pero en vez de THC tiene otros químicos agregados que la hacen mucho más peligrosa. “El efecto es distinto, mucho más intenso y duradero”, explicó el especialista. 

“Franco cuenta que siente que se desmaya cuando la fuma. Las hermanas cuentan que tiene alucinaciones. "Ve una mujer torcida y no hay nadie". Blanca, la vecina, cuenta que en las últimas semanas a los chicos que se juntan a drogarse a la noche se les da por gritar. "Gritan, gritan como si alguien les estuviera pegando pero no hay nadie", dice. El problema con la droga se agravó en el barrio. De 25 pesos que costaba la dosis de paco, hoy paso a 125 o 150. Es que las restricciones para circular por la pandemia dificultaron el tráfico”, relató Mariana Romero. 

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