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Lucero Corrales: “No puedo imaginar qué sería del norte argentino sin la presencia del yaguareté”

Filo.news viajó junto a Greenpeace para seguir las huellas de los menos de 20 yaguaretés que se estima sobreviven en el Gran Chaco Argentino. En esta nota, charlamos con una técnica en Guardaparque que lucha por conservar al felino más grande de América.

Lucero Corrales: “No puedo imaginar qué sería del norte argentino sin la presencia del yaguareté”

Argentina es el país de Sudamérica en el que quedan menos yaguaretés y una de las principales amenazas para la especie es la pérdida de su hábitat. Para sobrevivir, cada animal necesita aproximadamente 40 mil hectáreas de bosque continuo y en buen estado de conservación. A pesar de esto, en la primera mitad del 2022, los desmontes ilegales en el norte del país arrasaron el equivalente a dos veces la Ciudad de Buenos Aires.

Lucero Corrales es oriunda de Córdoba y forma parte del Proyecto Yaguareté, un programa de investigación manejado por la Asociación Civil Centro de Investigaciones del Bosque Atlántico (CeIBA) y por diversos institutos que pertenecen al CONICET y a diferentes universidades nacionales. 

El rol de esta técnica en Guardaparque es coordinar el Grupo de Colaboradores para la Conservación del yaguareté en las provincias de Chaco, Salta, Santiago del Estero y Formosa, aunque también le gusta definirse como una “detective del yaguareté”.

La importancia de conservar esta especie

Se trata de un predador tope, que regula toda la cadena alimentaria del Monte Chaqueño. “Ni siquiera podemos dimensionar lo que puede significar en estos espacios que el animal no esté presente”, nos contó Corrales a orillas del Río Bermejito y agregó: “Su presencia, según los investigadores, es muy necesaria. Al estar en peligro crítico de extinción se convierte en una población que no está cumpliendo su rol ecológico de comer ciertas especies que se comen a otras que están por debajo de él. Es un eslabón muy importante en la cadena alimentaria que no va a estar”.

“La esperanza es escasa, los pocos que trabajamos con el yaguareté no damos a basto. Tenemos que intentar trabajar articuladamente y unirnos para salir de esta situación. Separados es imposible”, explicó sobre la urgencia de su protección. 

Ante la duda de por qué quedan tan pocos ejemplares en Chaco, nos contó que: “cuando Verónica Quiroga -bióloga e investigadora referente del proyecto- empezó hace más de 15 años a estudiar el yaguareté en la zona, era la población de la Argentina en la cual tenía más esperanza. Lo sorpresivo fue que se trataba de la más debilitada. Tenemos tres regiones en donde la más grande es la chaqueña y, aún así, es la que menos individuos tiene”.

Los desmontes, la cacería directa del animal, que está culturalmente muy arraigada, y también la disminución de sus presas son los desafíos más grandes para su protección. 

Foto: Aldo Grangetto / Greenpeace Argentina
Foto: Aldo Grangetto / Greenpeace Argentina

El Proyecto Yaguareté

Las principales líneas de acción y trabajo de este proyecto son investigación científica, conservación y educación ambiental. “Con el Grupo de Colaboradores lo que se hace es estar en contacto frecuente con gente del campo, que vive, trabaja o se mueve por los lugares donde hay mayor posibilidad de detectar la especie”, explicó Lucero. 

“La metodología que elegimos es de ‘ciencia colectiva’ o ‘monitoreos participativos’ por la conservación del yaguareté. Es muy valioso el aporte del conocimiento popular en la ciencia”, reflexionó.

Lucero Corrales y Rocío Cardona con colaboradores del Proyecto Yagureté │Foto: Proyecto Yaguareté (CeIBA - CONICET)
Lucero Corrales y Rocío Cardona con colaboradores del Proyecto Yagureté │Foto: Proyecto Yaguareté (CeIBA - CONICET)

Este grupo se mantiene atento a registrar evidencias, recolectar pruebas e informar sobre la presencia de algún ejemplar en el bosque chaqueño a través de la fotografía de huellas, el aviso de avistajes o ataques y la recolección de pelo o excrementos. “Cualquier dato del animal, sea potencial o confirmado, es de gran valor. Esta información la tiene la gente de la ruralidad: productores, investigadores, maestros y maestras rurales, policías, técnicos de proyectos de conservación, guardaparques o cualquier persona que esté en el monte”, hizo hincapié Lucero. 

Explica que con estas personas lo que hacen es “generar un vínculo, tratar de potenciarlo, fortalecerlo en el tiempo y motivarlas para que después constantemente estén compartiendo esta información”. Pero no se trata de una tarea fácil, ya que, como nos cuenta la encargada del Proyecto Yaguareté, “el animal tiene una imagen un poco negativa por parte de la gente del campo. Se lo entiende como una especie peligrosa y se le tiene temor. Temores infundados, ya que hay realmente muy pocos registros de ataques del yaguareté a personas, los casos que se han dado fueron porque lo han intentado matar y el animal se defendió”. 

“Después de varias visitas, la gente confía un poco más y van apareciendo los datos. Es casi como contar un secreto familiar, algo muy guardado que no se le dice a cualquiera. Es importante dedicar tiempo y hacer presencia. Generar vínculos hace que los datos del Yaguareté vayan apareciendo”, agregó. 

Lucero Corrales y Rocío Cardona con colaboradores del Proyecto Yagureté │Foto: Proyecto Yaguareté (CeIBA - CONICET)
Lucero Corrales y Rocío Cardona con colaboradores del Proyecto Yagureté │Foto: Proyecto Yaguareté (CeIBA - CONICET)

¿Cómo se corroboran los datos que llegan?

“Actualmente no estamos haciendo nuevos análisis del número, eso se estimó hace unos años por Verónica Quiroga. Corroboramos los datos con la medición de las fotografías de huellas que nos llegan, aunque pocas veces sucede, porque no tienen celular con cámara. A la fotografía la sometemos a un análisis de medidas y formas, a través de un programa, y a partir de ahí nos da un porcentaje para saber a qué especie pertenece y lo podemos comprobar científicamente”, explicó Corrales. 

Al respecto, agregó: “La otra forma es colectando los excrementos y los pelos para mandarlos al Museo Argentino de Ciencias Naturales ‘Bernardino Rivadavia’ en Buenos Aires, donde la investigadora Patricia Mirol hace los análisis de estas muestras de material genético para determinar de qué especie se trata”. 

“Además, están los casos de predación. En un animal predado por un yaguereté o por un puma se pueden diferenciar en algunas marcas y formas de ataque”, dijo sobre la otra alternativa. 

 Datos de la presencia de un yaguareté│Foto: Proyecto Yaguareté (CeIBA - CONICET)
Datos de la presencia de un yaguareté│Foto: Proyecto Yaguareté (CeIBA - CONICET)

El dato más reciente 

“En el mes de junio hubo un dato confirmado y, a partir de eso, se volvió súper importante poder hacer presencia en ese sector. Esto no es publicado abiertamente porque, muchas veces, esa información juega en contra y el animal puede entrar en riesgo de ser cazado. Tratamos de alertar a las instituciones que hacen control y fiscalización para hacer presencia en el territorio y evitar que lo maten, disuadiendo a los cazadores”, explicó Lucero sobre la esperanza de encontrar un nuevo ejemplar en 2022.

La perspectiva desde el voluntariado del Proyecto Yaguareté

Hablamos también con Rocío Cardona, que es técnica Guardaparque y acompaña a Lucero en sus campañas de recorridos con el Grupo de Colaboradores. “Me parece muy interesante el trabajo que se hace de acercar el conocimiento y la información de las comunidades al conocimiento científico, poder vincularlo”, expresó.

“Comunicar los números es importante, porque es lo que genera impacto en otras partes del país o del mundo, pero esos números y esa realidad ambiental está conectada con lo que pasa en las comunidades también. No podemos hablar de naturaleza si no tenemos en cuenta también el factor humano”, reflexionó Cardona, y agregó: “La naturaleza, los animales y el monte son su cotidianidad. Por eso son las personas que más conocimiento tienen sobre lo que está pasando”.

El yaguareté llega a la Corte

Greenpeace Argentina presentó un amparo judicial en representación de los menos de 20 yaguaretés que sobreviven en el Gran Chaco Argentino y fue convocada por la Corte Suprema de Justicia de la Nación para participar de una audiencia pública que se realizará en las próximas semanas. Exigen “Deforestación Cero” en los territorios del animal y que se implemente un Plan de Manejo de la especie, como lo dispone la Ley Nacional 25.463. 

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