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Marilina Bertoldi: “Soy una mujer que se la juega"

La cantante es la nueva invitada de Caja Negra, el ciclo de entrevistas de Filo.News conducido por Julio Leiva.

Marilina Bertoldi: “Soy una mujer que se la juega"

Marilina Bertoldi es cantante y compositora de rock. Se consagró como una de las grandes figuras de la música en nuestro país y es la nueva invitada de Caja Negra, el ciclo de entrevistas de Filo.news conducido por Julio Leiva.

"Yo creo que la lucha que puedo dar y que me interesa es contra la falta de diversidad. Sobre todo en el ambiente musical y con también, como con esa falsa idea de diversidad que nos trataron de pintar en este último tiempo, donde las cosas siguen igual. Y las mismas personas de siempre quieren ser las personas diversas de repente. 'Sí, acá está la diversidad, somos nosotros los mismos tipos de siempre. Ahora somos diversos, ahora somos lo que estaba en los márgenes'... Hay cambios que son inevitables también, sobre todo a la velocidad a la que está yendo todo ahora, que es como esta conexión que tenemos con personas en todo el mundo y en todo el país gracias a las redes sociales nos permiten como avanzar más rápido en algunas cuestiones, porque estos cambios requieren de unirnos, conectarnos y compartir experiencias. Pero no, no siento que haya cambiado la cosa. Creo que la pandemia también fue un elemento que retrasó algunas cositas y puso obviamente en primer lugar otras emergencias", comenzó la artista.

Se considera pesimista porque "el mundo es muy duro y la salud mental en estos momentos es muy difícil".

"La hostilidad fue nacer en un mundo y crecer en un mundo que me decía que yo no existía. Básicamente, como no tener de qué agarrarme y creo que es una historia compartida con todas las lesbianas, les lesbianes de cierta generación también, ¿no? Esta cosa de no tener noción de qué sos. Pero sabés que no encajás y sabés que no existís. Es muy importante acceder a tu historia y nosotras, como muchas otras identidades, como muchos otros grupos de la humanidad que no son hombres cis no tenemos nuestra historia tan al alcance de la mano y es muy necesario. Sunchales fue en ese sentido dañino. Yo no existía y no había nadie como yo. Yo tenía algo malo y crecí con eso toda la vida, yo desde mi primer recuerdo es que me gusta una chica '¿Cómo te puede gustar a los cinco años?'. Y recuerdo que no sabía cómo llamarlo ni qué era, pero sabía que no lo podía decir".

Sobre esto, detalló: "Yo inicialmente pensé que era puto porque era la única palabra. El día que me di cuenta vomité de los nervios y dije "soy puto" y por mucho tiempo pensé que yo era puto. Tenía 13 años. Una monja vino a dar clases de educación sexual a mi colegio y nos mostró con unos ventiladores por qué la homosexualidad estaba mal. Como los enchufes de los ventiladores de pared: ' cómo no funciona, miren, ahora funcionan, como la pija y la concha'. Alguien dijo "ah los puto" y dije 'permiso me tengo que ir al baño'".

Contó que tenía al suicidio como "una puerta de salida": "Yo era adolescente en ese momento que el suicidio es una salida excelente y yo tenía una vida hermosa. Yo tenía una familia divina y vivía en un pueblo hermoso, donde no había inseguridad, donde no había nada malo a mi alrededor, pero yo me quería morir". Ante esto, Julio remarcó que no hay que romantizar el suicidio y que hay que pedir ayuda. "Hay que pedir ayuda, hay que hablarlo", dijo enfáticamente la artista, y siguió: "Creo que el problema es, sobre todo cuando se da en gente joven muy joven, que realmente no tiene una proyección y un entendimiento de que las cosas van a cambiar, que la vida cambia muchísimo. En esos momentos de donde hay que estar más alerta a las señales de la gente que está en ese nivel de depresión".

En una charla íntima en Caja Negra, Bertoldi contó lo que significa su hermana para ella: "Siempre fue muy maternal conmigo. Una hermana mayor, muy presente, muy cuidadosa conmigo y me abrió muchas puertas en mi familia. sa fue la primera en decidirse a hacer eso en Córdoba y después se fue a Buenos Aires, que yo ya estaba viviendo ahí. Es además la persona que me dio sobrinos, que no es tema menor porque yo no pienso en tener hijos y todo lo que yo deje el día que me vaya, va a ser para ellos. Es ese tipo de amor, también de confianza en estas dos personas que acaban de aparecer en el mundo y son una copia de ella. Son ese amor tan amplio que tiene Lula.  La verdad que es una de las mejores cosas que me pasaron fue tener una hermana como Lula. Era la primera persona a la que le comento además que que soy lesbiana a los 15 años. A los 21 recién le dije a mis papás. Esa es la confianza".

Recordó el momento en el que le contó a su hermana Lula que era lesbiana: "Estábamos  almorzando en la casa de mi abuela Potota, que hace poco falleció y Lula me vio muy mal, como que ya estaba por llorar en la mesa. Lula tenía 18 años y me saca a caminar. Estuvimos dos horas caminando, yo llorando intentando hablar.  Me abrazó, me abrazó y le digo: 'Me gustan las chicas' y lloré, lloré y Lula me dice: '¿era eso?'. Nunca nadie me trasmitió tanta calma y tranquilidad como eso".

Si vamos a la caja negra de su vida, ¿cuál es el momento que la convierte en Marilina Bertoldi? "Yo siento que no soy yo todavía, como que siempre estoy en búsqueda de eso y por eso destruyo todo, todo el tiempo, formo bandas, las destruyo, armo disco, después los odio y los toco distinto en vivo. Y hay como una construcción constante y un montón de personalidades viviendo. No sucedió todavía y quizás nunca suceda esa búsqueda eterna que te hace ir para adelante".

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