El sacerdote Horacio Corbacho está detenido porque se lo acusa de abusos sexuales en el Instituto para niños hipoacúsicos Antonio Próvolo de Luján de Cuyo. Durante el juicio que se realiza por estos días, una perito que lo analizó declaró que el acusado tiene una personalidad “compatible con un sujeto que comete las conductas que le han sido imputadas”.

"Es narcisista y no le importan las consecuencias en los demás", dicen las pericias.

En otras palabras, dijo que Corbacho podría haber sido responsable de las vejaciones que se produjeron en el centro educativo. De acuerdo con la especialista, el cura tiene "características de narcicismo, dificultad de poner límites, desinterés por la situación del otro”, a la vez que “solo apunta a auto satisfacer sus necesidades y sus impulsos sin importarle las consecuencias en la otra persona".

El dato se suma a otras pruebas, como las comprobadas lesiones que presentan algunos de los chicos que habrían sido abusados.

Un cura con amantes

 

En el juicio también prestó declaración Rafael Ramón Amarilla, quien pasó dos años en el Próvolo, entre el 2015 y el 2017. Después se fue porque la institución se cerró como consecuencia de las gravísimas acusaciones. Según su testimonio, él no tenía idea de lo que estaba pasando en ese lugar.

Pero para la querella, este cura “acomodó la declaración” a conveniencia y “no aportó nada”.

Amarilla no está involucrado en esta causa, aunque se encuentra suspendido del sacerdocio porque se acostaba con dos mujeres, una catequista y una empleada del Próvolo. También se lo investiga porque –una vez que se clausuró el instituto- habría vendido elementos que había allí.