En un nuevo aniversario de la muerte de este policía y militar de los gobiernos de la oligarquía argentina, explotó una bomba en su mausoleo del Cementerio de La Recoleta. 

El 14 de noviembre 1909, el jefe de la Policía Federal de la Capital fue asesinado por una bomba arrojada por Simón Radowitsky, un joven ruso anarquista, que se salvó de la pena de muerte por haber sido menor de edad. 

Socio fundador del Club Gimnasia y Esgrima de La Plata, se encargó de hacer cumplir a rajatabla el Estado de Sitio dictado por el presidente Figueroa Alcorta en 1905 a raíz de la Revolución Radical. 

Reprimió marchas significativas como la del 1 de mayo de 1906, donde ordenó que la Policía dispare balas de plomo contra civiles desarmados o la huelga de inquilinos en 1907, donde Falcón llevó adelante el desalojo de familias obreras que protestaban por el aumento de las tierras. 

Semana Roja 

En 1909 Falcón llevó adelante la represión contra la protesta de la Federación Obrera Regional Argentina, que decidió mantener la huelga hasta que el militar convertido en Policía renuncie. 

Cuando una columna de obreros decidió acompañar el féretro de los obreros asesinados por la represión, Falcón decidió insistir con la represión y atacó la columna de 60.000 personas que avanzaba por la calle. 

Su Policía le quitó los féretros a la gente y dispersó a la multitud con tiros de balas de plomo. 

Su influencia después de la muerte

Unos meses después de la Semana Roja, murió asesinado por Radowitsky. Hasta 2011, el colegio de la Policía Federal llevó su nombre, y es recordado en el espacio público por una placa en Callao y Quintana, donde fue el atentado que terminó con su vida, más una estatua cerca.