El gobierno de Mariano Rajoy rechazó el llamado al diálogo planteado por el presidente de Cataluña, Carles Puigdemont, y anunció la intervención de la autonomía de esa región a través de la puesta en marcha del artículo 155 de la Constitución española, que deberá ser ratificado por el Senado en los próximos días.
Por su parte, el gobierno catalán anunció que si esa medida se aplica, votará en el Parlament “la declaración formal de la independencia que no votó el día 10 de octubre”.
De aprobarse en el Parlamento, la medida lanzada por el gobierno español implicaría tomar el control de la Policía autonómica catalana y las conserjerías del gobierno regional, con el objetivo de convocar a elecciones anticipadas. De esta manera, España vive una situación imprevista en los últimos 40 años.
En tanto, en Cataluña comenzaron a circular las convocatorias para movilizarse en rechazo de la reacción del gobierno central y llamaron a una "desobediencia masiva no violenta" en las calles.
Esta mañana Piugdemont afirmó que la suspensión de la declaración de independencia “continúa vigente” y criticó que la intervención de la autonomía regional “indica que el gobierno central no se es consciente del problema” que ello generaría.
“Si el Gobierno del Estado persiste en impedir el diálogo y continuar la represión, el Parlament de Cataluña podrá proceder, si lo estima oportuno, a votar la declaración formal de la independencia que no votó el día 10 de octubre”, remarcó.
Ante esta situación, a través de una carta que fue leída por el vocero de la Presidencia del gobierno, Rajoy afirmó que “ante la falta de respuesta” de la Generalitat sobre si había declarado la independencia o no, se ponía en vigencia el artículo 155 “con el objetivo de restaurar la legalidad en Cataluña”. En tanto, convocó a una reunión extraordinaria para el próximo sábado 21 de octubre.