La región Metropolitana de Santiago de Chile comenzó este sábado la primera de las cuarentenas de fin de semana para evitar un aumento exponencial de los casos de COVID-19 tras un crecimiento de 18% en los contagios.
Son alrededor de 7 millones de personas las que deberán someterse al aislamiento y pedir un permiso a la Policía para poder moverse de sus casas.
"La situación es de alerta, hay que ser responsables; Lo ideal es que se queden en sus casas, hagamos un sacrificio para tener una buena Navidad, para tener un buen año nuevo, y ojalá para tener un buen verano", dijo el ministro de Salud, Enrique Paris.
A dos semanas de Navidad y Año Nuevo, las nuevas restricciones fueron duramente criticadas por el comercio, que recién comenzaba a repuntar sus ventas tras un año muy difícil debido a la pandemia.
"Yo entiendo a los comerciantes que sienten que esto es un atentado probablemente a su desempeño, a su trabajo, pero si no lo hacemos ahora, vamos a tener una cuarentena mucho más estricta durante el verano", sostuvo el ministro.