El pasado viernes 3 de septiembre cuatro mujeres privadas de su libertad murieron en un incendio ocurrido en una de las celdas de la Brigada Femenina de Policía de la ciudad de Concepción, al sur de la provincia de Tucumán.

A pocos días de la tragedia, el caso continúa siendo investigado ya que existen versiones cruzadas sobre los acontecimientos. Del lado de la policía aseveran que el fuego comenzó accidentalmente de parte de una de las reclusas que arrojó un objeto a un foco de luz y ocasionó un cortocircuito.

Por su parte, las familias de las mujeres aseguran que el edificio no estaba en condiciones de albergar a personas privadas de su libertad y que el incendio comenzó luego de que las detenidad exigieran mejores condiciones de detención.

Las primeras pericias arrojaron que "las cuatro murieron abrazadas" según contó a Clarín Virginia Santana, madre de Micaela Rocío Mendoza, una de las víctimas fatales condenada a 5 años de prisión por el robo de un celular que se encontraba alojada en la Brigada desde hacía siete meses.

Además, denunció el lugar no estaba en condiciones de alojar personas: "Vivían en una celda de tres metros por tres; dormían en el piso, en unos colchones sucios. No tenían cocina; no podían cocinarse nada. Tampoco podían estudiar, ni trabajar, ni hacer actividades de recreación. Estaban aburridísimas", contó Santana.

Las fallecidas, detenidas por diferentes delitos, fueron identificadas como María José Saravia, Macarena Maylen Salinas, Micaela Rocío Mendoza y Yanet Yaqueline Santillán. Todas habían pedido el traslado a la cárcel de Mujeres de Tucumán en múltiples ocasiones pero por la sobrepoblación de la misma se les venía negando.

Según la versión de la policía, el trágico episodio que dejó a siete policías heridos, habría comenzado accidentalmente cerca de las 17.30 horas del viernes luego de que las mujeres protestaran contra uno de los guardias que se negó a acercarles un hoja de afeitar.

A modo de represalia, una de ellas arrojó un objeto a un foco de la celda provocando un cortocircuito que generó el incendio. Las familias de las víctimas, en cambio, sostienen que el fuego se inició en el marco de una protesta por las condiciones de reclusión.

"Mi hija no es un perro tampoco para que muera así", se lamentó la mamá de Mendoza y culpabilizó a los efectivos policiales por no pedir ayuda a tiempo.

Según testimonios, el día de la tragedia se escuchaban gritos que provenían del interior del edificio y fueron los vecinos los que llamaron a los Bomberos. Cuando llegaron, las llamas ni siquiera permitieron abrir el calabozo que alojaba a las cuatro mujeres ya que continuaba cerrado.

"¿Cómo puede ser que los policías que estaban a siete metros de la celda no hayan escuchado nada ni salido a llamar a los Bomberos antes? Las dejaron morir. La celda, además de la cerradura, tenía un candado", añadió la mujer a Clarín.

En esa línea, la mujer señaló otra irregularidad: los detenidos en comisaría no deberían tener acceso a encendedores. "Nada más quiero que se haga justicia. No va a quedar esto así, por muchas chicas y chicos que pueden pasar lo mismo", concluyó la madre de Micaela.

Por su parte, el ministro de Seguridad tucumano, Claudio Maley, aseveró que "hemos puesto todo a disposición de la fiscalía interviniente y de los peritos, a fin de determinar las circunstancias del hecho".