Uno de los grandes desafíos de la psicología del desarrollo es entender lo que los niños están pensando, lo que es particularmente difícil durante la infancia más temprana, cuando todavía no se comunican mediante el habla o apenas conocen unas pocas palabras. En esta etapa, las respuestas de los niños pequeños se miden comúnmente haciéndolos elegir entre una cantidad de opciones muy limitada.
Un estudio de la Universidad de California comparó en niños dos efectos que influyen en como los adultos respondemos a elecciones binarias: el efecto primario por un lado, que es la tendencia a elegir la primera opción que escuchamos; y el efecto reciente por otro, que tiene que ver con cómo lo último que escuchamos o experimentamos tiene más peso en nuestra memoria. En adultos ningún efecto es más pronunciado que otro sino que tiene que ver con distintos factores como la personalidad, la familiaridad con la información y cuán controvertido es el tema. En cambio los niños muestran un tipo diferente de sesgo en sus respuestas dado que tienen una capacidad de memoria más limitada. Cuando se les hace preguntas del tipo “elegir entre X o Y”, demuestran una fuerte tendencia hacia el efecto reciente, aunque este efecto se va debilitando con la edad.
Para probar esto, el equipo liderado por la Dra. en Ciencias Cognitivas, Emily Sumner, le hizo 20 preguntas a niños de entre 1 y 2 años en las que tenían que elegir entre dos opciones. Luego les hicieron las mismas preguntas pero con las opciones en orden inverso. Los niños solían elegir la segunda opción el 85% de las veces.
Un segundo experimento se realizó con la intención de probar si las limitaciones en la memoria de trabajo subyacen al efecto reciente. En este caso, se les pidió a niños de 3 y 4 años que ayudaran al experimentador a elegir entre dos posibles nombres para un juguete. Las opciones de nombres tenían la misma longitud (que iban de 1 a 4 sílabas) y hubo cinco instancias para cada una de las cuatro longitudes posibles. Una vez finalizado el juego, se repitieron las preguntas pero con los nombres presentados en orden inverso.
Se descubrió que los niños eran más propensos a elegir la segunda opción (acorde al efecto reciente ya demostrado en el primer experimento) cuánto más sílabas tenían las palabras. Lo que sugiere que cuando la capacidad de memoria es limitada, hay una tendencia mayor al efecto reciente.
Estos resultados proporcionan información no solo sobre el comportamiento verbal de los niños, sino más en general sobre los sesgos de memoria y respuesta. Por otro lado, puede ayudar a padres a comprender mejor a sus hijos: variar el orden en que presentan las opciones tal vez los ayude a deducir sus verdaderas preferencias. Finalmente, podría ser una estrategia para alentarlos a elegir las opciones más saludables, como hígado encebollado en lugar de torta de chocolate.