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Ciencia #navidad#Alcohol#fiestas#Resaca

Consejos científicos para enfrentar la resaca de Navidad

¿Es verdad que con un vasito de birra todo mejora? ¿Qué podemos hacer para superar esa sensación espantosa?

Consejos científicos para enfrentar la resaca de Navidad

La resaca es, como bien sabés, el conjunto de efectos físicos y mentales que padecemos al día siguiente de ingerir alcohol en cantidades superiores a las que nuestro cuerpo puede digerir con comodidad. Los síntomas son conocidos (dolor de cabeza, molestia frente a la luz, mareos, náuseas y vómitos, diarrea, dolor de músculos, sed): empiezan cuando la concentración de alcohol en el cuerpo va disminuyendo y se acaban hasta 24 horas después de que llega a cero. 

El alcohol que consumimos cuando tomamos bebidas como la cerveza, el vino, vodka, etc. es el etanol, y se obtiene de varias maneras (la más común para nosotros es la fermentación). El 20 por ciento de ese etanol se difunde hacia la sangre desde el estómago y 80 por ciento desde el intestino delgado. Si la cantidad es leve, el hígado logra procesar todo y lo elimina. Si no, la sangre transporta el alcohol a lo largo del cuerpo y se va disolviendo en los diferentes tejidos, excepto en los tejidos grasos.

La molécula de etanol, responsable de que hoy te sientas como el...

Los efectos justamente empezamos a sentirlos cuando el etanol empieza a circular por los tejidos, que son afectados de maneras diversas: irrita el estómago y el intestino, lo cual puede producir vómitos; aumenta el flujo de sangre hacia la piel (por eso te ponés rojo/a); reduce el flujo hacia los músculos.

Y la mayor parte de sus efectos “agradables” tienen que ver con el modo en que interfiere en la comunicación de las células nerviosas.

El alcohol tiene efectos muy concretos en el cerebro.

Así, por ejemplo, cuando llega a la corteza cerebral se altera el modo en que el cerebro procesa información de los sentidos e inicia la mayoría de los movimientos voluntarios. También deprime los centros inhibitorios del comportamiento, o sea, nos desinhibe; afecta el sistema límbico, provocando estados exagerados de emoción (angustia, agresividad, amor); el cerebelo, que coordina el equilibrio y los movimientos finos del cuerpo... 

La biología de la resaca, o por qué no hidratarte con birra

 

El alcohol inhibe la hormona “vasopresina”, que alienta la reabsorción de agua hacia el cuerpo en los riñones. Si se inhibe la vasopresina, los riñones mandan el agua directo a la vejiga. Dicho fácilmente: hacés más pis.  Según algunos estudios, al tomar 250 ml de una bebida alcohólica se elimina entre el triple y el cuádruple de agua. Al día siguiente, el cuerpo está desesperado por recuperar el nivel de agua que necesita; por eso amanecemos con la boca seca. Y por eso no es buena idea hidratarte con birra, porque en realidad eliminás mucha más agua de la que ingerís. 

Para explicar el dolor de cabeza hay varias hipótesis: una es que tiene que ver con la deshidratación, que provoca una compresión del cerebro y una especie de tironeo de las meninges; otra es que alienta la liberación de ciertas hormonas que están asociadas a dolor de cabeza y otra, que es un producto secundario de la vasodilatación (que es lo que pasa, por ejemplo, en el típico dolor de cabeza de las migrañas).  

Pero además, en la resaca no sólo influye el etanol y la cantidad que tomemos sino la cantidad de congéneres que tengan las bebidas. Los congéneres son toxinas, productos químicos secundarios de la fermentación y destilación en algunos alcoholes (por ejemplo, los taninos en el vino). Por eso no es aconsejable mezclar: porque los congéneres son diferentes de acuerdo a cada bebida y si mezclás bebidas tu cuerpo tiene que eliminar, además del etanol, muchos tipos diferentes de congéneres, y eso conlleva mayor esfuerzo y provoca mayor resaca.   

Mitos y realidades para curar la resaca

Ya dijimos que el vasito de birra al día siguiente no va:  en el corto plazo puede parecer solucionar todo porque renueva la embriaguez, pero a largo plazo lo que estás haciendo es postergar la resaca. 

  • Café: es cierto que la cafeína ayuda a combatir la fatiga del día después (producto de que dormimos mal, de que nos funcionan mal los músculos, etc), y también que es vasoconstrictor cerebral (recuerden que el alcohol es vasodilatador) con lo cual puede ayudar a disminuir el dolor de cabeza en su etapa aguda;  sin embargo, es también un diurético (esto es, estimula las ganas de hacer pis) y puede terminar logrando que uno esté más deshidratado que antes, exacerbando los dolores. 
  • Comer comida grasosa: el día después, que todo el sistema digestivo está irritado, no es una buena idea (de hecho, no tenemos ganas de hacerlo), pero el día antes puede servir. Tener comida calórica en el estómago ralentiza la absorción del alcohol a la sangre; eso puede hacer que uno tarde más en sentir los efectos, pero también da más tiempo para procesar las toxinas y sentirse sensatamente al día siguiente. 
  • Comer huevos: los huevos contienen cisteína, una sustancia que ayuda a desarmar las moléculas de acetaldehído (lo primero en lo que se convierte el etanol cuando es procesado en el cuerpo). 
  • Agua: es el mejor de los remedios posibles: ayuda a combatir la deshidratación y a diluir los productos secundarios en el estómago. También es una buena idea tomar un vaso de agua por cada vaso de alcohol, lo cual le da al cuerpo más tiempo para lidiar con el alcohol. Es mucho más efectivo que cualquiera de los "remedios" especiales para la resaca, que en realidad suelen ser complejos de vitaminas y minerales y no sirven demasiado. 
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