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Ciencia

Dejar de fumar da beneficios a la salud desde un principio

Un estudio publicado en Nature comprobó que al abandonar el cigarrillo se estimula el desarrollo de células protectoras contra el cáncer de pulmón. 

Dejar de fumar da beneficios a la salud desde un principio

Investigadores británicos y japoneses descubrieron que las células de los bronquios de ex fumadores se parecen bastante a las de los no fumadores, evidenciando a nivel genético lo que era una verdad epidemiológica: dejar de fumar aporta beneficios para la salud desde un principio. 

Cigarrillo y cáncer

El cáncer, o neoplasia, es un proceso que tiene origen en mutaciones en el ADN de las células y dispara un crecimiento descontrolado. El de pulmón, particularmente, es el tercero en número de casos y el de mayor mortalidad por cáncer en el mundo. Para sorpresa de pocos, se estima que más del 80% de los casos están relacionados con el tabaco y las decenas de componentes tóxicos para el ADN que contiene el humo del cigarrillo

Lo que ocurre al fumar, entonces, es que ingresan a las vías respiratorias un montón de compuestos químicos que tienen la capacidad de generar cambios en el ADN. Mientras más cigarrillos, más compuestos químicos nocivos. Mientras más ingresen, más cambios. Mientras más cambios, más riesgo de que alguno de ellos le dé la capacidad a la célula de crecer descontroladamente y, por lo tanto, más chances de que esta situación culmine con un tumor. Sin embargo, no es todo tan lineal. Otros factores además de la exposición al tóxico pueden modular el desarrollo (o no) de una neoplasia. 

El estudio

En esta línea de razonamiento, el grupo de investigadores analizó la cantidad (y la calidad) de las mutaciones para entender por qué dejar de fumar reduce las probabilidades de que todo esto ocurra. De acuerdo al trabajo publicado en Nature, uno de los mecanismos por los cuales dejar de fumar tiene efectos beneficiosos para la salud sería el estímulo al crecimiento de las células bronquiales que no fueron dañadas en las épocas de fumador.

El estudio utilizó muestras de pulmón de pacientes divididos en tres grupos según su relación con el tabaco: fumadores actuales, ex fumadores, y nunca fumadores. El experimento consistió en analizar, mediante técnicas de secuenciación masiva, las mutaciones que poseía cada una de las células de cada paciente.  

Al interpretar los resultados, se dieron cuenta de que las células de todos ellos se podían separar en dos grupos: células con pocas mutaciones y células con muchas. Además, vieron que la mayoría de las mutaciones que diferenciaban a estos dos grupos eran las ya conocidas como producto de la exposición a tabaco.  En otros términos, las células con muchas mutaciones eran las dañadas por el cigarrillo (o hijas de ellas) y las que tienen pocas eran las células no alcanzadas por el cigarrillo (o hijas de ellas).  

El descubrimiento

Lo que sí cambiaba entre los grupos (ex, actuales y nunca fumadores) era la proporción. Mientras que en los nunca fumadores el porcentaje de células dañadas por el tabaco era insignificante, en los fumadores actuales las células dañadas representaban la gran mayoría del total. En el medio, las células de los ex fumadores presentaban hasta un 40% de células poco dañadas

Proponen, así, que en épocas de fumar la mayoría de las células estarían dañadas y son ellas las más estimuladas para dividirse. En cambio, al abandonar el cigarrillo, las células no dañadas son las que se ven favorecidas y de esta manera el pulmón se repone de los daños causados

De estos resultados se desprende que dejar de fumar no solo evita la exposición a todos los compuestos tóxicos sino que, por un mecanismo aún desconocido, estimula el crecimiento de células protectoras. Este descubrimiento constituye un paso pequeño para entender cómo funciona el cáncer y qué se puede hacer para evitarlo, aspectos esenciales para el desarrollo de estrategias de Salud Pública basadas en evidencia. 

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