Al mate se le atribuyen una gran variedad de beneficios: un gran poder antioxidante debido a su alta concentración de polifenoles, la presencia de vitaminas esenciales para la producción de energía y de células rojas de la sangre, compuestos bioactivos que estimulan el sistema nervioso central y promueven la actividad mental, e incluso un efecto positivo de los componentes individuales de la yerba mate sobre las células de hueso. Ahora, una serie de investigaciones comprobaron, también, un efecto neuroprotector de la yerba mate: el de reducir el riesgo de contraer la enfermedad de Parkinson.

El concepto de que la yerba mate constituye un alimento saludable cuenta con una amplia bibliografía científica que lo respalda, sostiene el Instituto Nacional de la Yerba Mate, que va a presentar tales investigaciones el próximo 14 de octubre en la VI Jornada de Divulgación Científica "Yerba Mate y Salud".

En primer lugar, el estudio poblacional realizado en 2015 por la neuróloga Emilia Gatto comprobó "la relación inversa entre el alto consumo de mate y el desarrollo del Parkinson": quienes durante su vida habían sido grandes consumidores de yerba mate de manera tradicional (mate con bombilla), tenían una incidencia de Parkinson menor respecto de aquellos no tomaban mate o que lo consumían en bajas cantidades.

"Se trata de una enfermedad que tiene un cierto componente genético, pero mayoritariamente estaría originada por factores ambientales, muchos desconocidos, y que son potencialmente modificables", sostuvo la especialista a cargo del Servicio de Neurología del Sanatorio de la Trinidad Mitre y también Jefa del Área Movimientos Anormales del INEBA, con relación al estilo de vida y la alimentación.

Segundo, está el trabajo de la Dra. Irene Taravini, bioquímica e investigadora del CONICET y de la Universidad Nacional de Entre Ríos (UNER), que mediante ensayos de laboratorio verificó que "el consumo de yerba mate durante muchos años contribuiría a la ralentización de la progresión del proceso neurodegenerativo que experimentan las neuronas dopaminérgicas en pacientes con la enfermedad de Parkinson".

Y en tercer lugar, finalmente, está el trabajo del licenciado y doctor en Ciencias Biológicas de la UBA, Juan Ferrario, que profundizó sobre los componentes de la yerba mate que atenúan el efecto del Parkinson en los materos.

En el paper titulado "Efecto neuroprotector de la yerba mate en neuronas dopaminérgicas en cultivo", el investigador adjunto del CONICET en el Instituto de de Biociencias, Biotecnología y Biología traslacional de la UBA planteó la hipótesis de que a futuro sería posible modificar la historia natural de esa enfermedad por medio de algunos componentes de la yerba mate que actúan como protectores celulares; como la cafeína y, fundamentalmente, el ácido clorogénico.

Luego, para verificarlo, Ferrario y su equipo aplicaron un extracto de yerba mate sobre un cultivo de neuronas dopaminérgicas. Al cabo de cinco días cuantificaron los resultados y observaron que no solamente se preservaron las neuronas, sino que se registró un mayor desarrollo de las mismas.

"Esto nos está demostrando que hay efectos diferenciales, que hay algo que dispara el ácido clorogénico y permite a estas neuronas ser mas robustas más saludables y estar mejor", sostuvo el investigador y añadió que "aunque resta mucho trabajo por hacer, nuestro trabajo presta por primera vez evidencia sobre el efecto protector que la yerba mate puede brindar sobre la neuronas dopaminérgicas que se ven afectadas en el desarrollo de la enfermedad de Parkinson".

Los trabajos de Emilia Gatto, Irene Taravini y Juan Ferrario forman parte de un importante número de investigaciones que serán presentadas en la VI Jornada de Divulgación Científica Yerba Mate y Salud, gratuita y virtual, organizada por el Instituto Nacional de la Yerba Mate (INYM)  junto a universidades nacionales en distintas provincias los días 14 y 15 de octubre.