No son los suplementos multivitamínicos, ni una dieta determinada, ni un plan de ejercicios sofisticado los únicos —si bien importantes— que llevan a una vida más saludable, también existe algo que todos podemos aprovechar: las, les y los amigos.

Y no, no nos estamos refiriendo a tus amistades de facebook ni a tus seguidores de twitter, ni a ese compañere de trabajo con quién intercambiás tips de skin care o compartís una birra en el after (aunque no hay nada malo con elles), sino a les amigues de verdad.

Según un estudio, las relaciones cercanas con niños y otros familiares tienen muy poco impacto en el tiempo que vivimos, mientras que las relaciones cercanas con amigues confieren los mayores beneficios para la supervivencia en la vida adulta. 

Mejor aún, una revisión de casi 150 estudios, que incluyó información sobre más de 300.000 personas seguidas durante un promedio de 7.5 años, encontró que las personas con fuertes lazos sociales tenían un 50% más de posibilidades de supervivencia que aquellas con relaciones sociales más débiles, independiente de la edad y el sexo.

De hecho, según los investigadores, la influencia de las relaciones sociales en el riesgo de muerte son comparables con factores de riesgo bien establecidos para la mortalidad, como el tabaquismo y el consumo de alcohol, y exceden la influencia de otros factores de riesgo, como la inactividad física y la obesidad.

Las relaciones superficiales, distantes y poco significativas, en cambio, pueden llevar a sentimientos de inseguridad y soledad, lo que puede aumentar el riesgo de enfermedad y muerte tanto como la obesidad, el alcoholismo y el tabaquismo.  

La mala noticia es, de acuerdo con este mismo estudio, que la cantidad y/o calidad de las relaciones sociales en las sociedades industrializadas está disminuyendo. Por ejemplo, las tendencias revelan que a pesar de los avances en la tecnología y la globalización que presumiblemente fomentarían las conexiones sociales, las personas están cada vez más aisladas socialmente.

Pero, ¿en qué influyen específicamente las amistades? Los investigadores proponen dos factores principales. Por un lado, las relaciones sociales pueden proporcionar recursos (informativos, emocionales o tangibles) que promueven respuestas adaptativas conductuales o neuroendocrinas a estresores agudos o crónicos (como enfermedades, eventos o trancisiones de la vida). " La ayuda de las relaciones sociales modera o amortigua la influencia nociva de los factores estresantes en la salud", explican.

Por otro, las relaciones sociales pueden alentar o modelar indirectamente comportamientos saludables; por lo tanto, "ser parte de una red social generalmente se asocia a la conformidad con las normas sociales relevantes para la salud y el autocuidado". 

Además, ser parte de una red social brinda a las personas roles significativos que proporcionan autoestima y propósito a la vida.

Pero ojo, la clave no es tener toneladas de amigos, sino tres o cuatro muy, muy buenos, y luego, por supuesto, muchas personas que no son necesariamente amigas, pero con quienes nos divertimos o compartimos intereses comunes.

"Las relaciones sociales representan una gran oportunidad para mejorar no solo la calidad de vida sino también la supervivencia", concluyen.