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Ciencia #Biología#Masturbación#masturbación femenina

¿Para qué sirve la masturbación?

Un especialista en comportamiento animal explica los orígenes evolutivos de un comportamiento que no es exclusivamente humano. 

¿Para qué sirve la masturbación?

Aunque alguna vez se pensó que la masturbación era una conducta exclusivamente humana, muchos estudios han demostrado que está muy extendida entre otras especies animales, que han sido registradas autosatisfaciéndose en cautiverio y en estado salvaje


Para qué se masturban los machos

El éxito reproductivo en los machos -o sea: cuánta descendencia dejen- se relaciona íntimamente con la cantidad y calidad del esperma que producen. Esta influencia es más importante en sistemas de apareamiento promiscuos, donde los machos y las hembras tienen varios compañeros sexuales. En esos casos, se suelen observar altos niveles de competencia espermática

Sí, leíste bien. Y no, no es una metáfora. La competencia espermática es un proceso muy habitual entre los animales en el que los espermatozoides de diferentes machos compiten dentro del tracto genital femenino por fecundar a los óvulos. 

En las especies donde hay competencia espermática, la naturaleza termina premiando a los machos con testículos y glándulas formadoras de semen más grandes y a quienes realizan una mayor vigilancia de su pareja y muestran cópulas reiteradas durante el mismo período de celo. 

La lógica es simple: aquellos machos cuyo esperma tiene más volumen, es más viable y tiene alta densidad de espermatozoides tendrán mayores posibilidades de inseminar a las hembras. Muchas especies pueden incluso aumentar el número de espermatozoides y la calidad de su esperma en momentos competencia fuerte por acceso a hembras: la lucha no es solo física, también es fisiológica.


En muchas especies, el conteo de esperma disminuye a lo largo de las eyaculaciones sucesivas, por lo que su tasa de maduración y producción sería limitada. Esto llevaría a pensar que cualquier conducta que desperdicie esperma no sería adaptativa, ya que el que se elimina del cuerpo obviamente no podrá ser utilizado para fecundar la gameta femenina. Es, en un sentido evolutivo, esperma "desperdiciado". ¿O no?


La evolución de la masturbación


Hay quienes sostienen que, en realidad, es un "outlet" sexual y que no es adaptativa, sino que es simplemente un subproducto activado por mecanismos nerviosos y hormonales que conducen a un aumento de la excitación sexual en especies promiscuas. De acuerdo con esta hipótesis, los machos que no han copulado con éxito se masturbarían hasta la eyaculación como una salida sexual, particularmente en especies donde el apareamiento múltiple se relaciona con una alta excitación sexual. 

Sin embargo, dado que la masturbación ha sido reportada en muchas especies animales, es razonable pensar que sí podría tener algún valor adaptativo, esto es, que podría proveerle una ventaja a los individuos que la practican por sobre quienes no la practican. 

La hipótesis del mejoramiento de la calidad del esperma post-masturbación sostiene que una de las funciones que cumpliría la masturbación sería la de remover el esperma viejo del tracto reproductivo masculino, lo cual incrementaría la cantidad y calidad de esperma fértil para la próxima cópula. Una predicción de esta hipótesis es que a mayor competencia espermática, mayor es la tasa de masturbación

En los primates sociales, donde las sociedades se organizan por estatus, los machos que ocupan una jerarquía media y baja son por lo general excluidos del apareamiento. Esto sucede porque los machos de alto estatus social suelen monopolizar a las hembras durante el período fértil de ellas.

Como en los machos la producción de esperma se da continuamente a lo largo del año, los que no se aparearon o se aparearon poco tienen dos opciones con el esperma que produjeron: almacenarlo en sus conductos genitales hasta el momento de utilizarlo, lo que requiere una masturbación sin eyaculación o eliminarlo por una masturbación con eyaculación

Otra hipótesis es que la masturbación sería una forma de autopublicidad hacia posibles parejas o señalización para futuros competidores, mediante la cual los machos tratan de anunciar su alta calidad reproductiva mostrando a través de la masturbación que tienen grandes cantidades de esperma y que pueden permitirse el lujo de desperdiciar. 

Finalmente, la hipótesis del aseo genital sostiene que la masturbación puede considerarse un mecanismo por el cual los machos utilizan los fluidos de sus glándulas sexuales para limpiar su tracto reproductivo con el fin de evitar la transmisión de enfermedades sexuales.

En este sentido apunta una investigación que se hizo hace unos años en las ardillas de tierra del Cabo (Xerus inauris). La masturbación de los machos fue mucho más frecuente en los días en que las hembras se encontraban en celo y se producía principalmente después de la cópula.

Además, las tasas de masturbación fueron más altas en los machos dominantes, que copulan más, que en los subordinados, y aumentaron según el número de parejas que aceptaba la hembra con la que copulaban.


Los estudios en estas ardillas sugieren que la masturbación en esta especie no fue una respuesta a la competencia espermática ni una salida sexual por parte de subordinados que no copularon. Las ardillas hembra del Cabo se aparean con hasta diez machos en un celo que dura tres horas, y al masturbarse después de la cópula, los machos podrían reducir la posibilidad de infecciónes.

Las infecciones de transmisión sexual pueden afectar profundamente la fertilidad aunque las consecuencias para las estrategias de apareamiento tienen que seguir estudiándose.


¿Y qué pasa con las hembras? 

Bueno, tratar de poner en contexto evolutivo a la masturbación femenina es un poco más difícil, porque la evidencia es menos clara que en los machos.

Entre los animales no humanos, los ejemplos son más difíciles de encontrar, y esto es relativamente razonable: en muchas especies, de hecho, no hay clítoris externo (está metido dentro del canal vaginal), y eso dificulta observar la masturbación en ambientes naturales.

Y además, a diferencia de lo que ocurre en los humanos, en la mayoría de las especies las hembras solo se excitan sexualmente en cortos períodos de tiempo alrededor de la ovulación, lo que disminuye la probabilidad de observarla.

Los primates son un caso diferente porque el clítoris tiene una ubicación externa y alejada del canal vaginal y, en muchas especies, los períodos de receptividad sexual están mucho más extendidos.

Tener un clítoris externo cambia drásticamente la forma en que los miembros de una especie interactúan entre sí y con sus propios cuerpos. El clítoris externo, por ejemplo, permite a las hembras de bonobos participar en el frotamiento genito-genital. En ese proceso las parejas hembra-hembra crean fuertes lazos femeninos para la reducción de la tensión y el aumento de la cohesión social.

Aunque se sabe muy poco aún, y es un tema que se está explorando de manera sistemática desde hace poco, se supone que la masturbación femenina podría ser un subproducto evolutivo por la falta de machos apropiados para la cópula, por la ausencia de machos en condiciones naturales o de cautiverio o un comportamiento adaptativo en sí mismo.

Para terminar

Cómo y por qué un animal se masturba está íntimamente relacionado con su anatomía. Los estudios sobre el comportamiento masturbatorio en primates dejaron en claro que este comportamiento es generalizado, perfectamente normal e inofensivo y no perjudica de ninguna manera el desarrollo sexual ni moral

Si bien las cosas están más claras hoy en día desde la perspectiva de la biología del comportamiento, los sentimientos de culpa por cuestiones sexuales siguen siendo un problema en muchas sociedades humanas.  Si podemos aprender algo de nuestros parientes primates es que deberíamos estar menos tensos acerca de nuestra autosatisfacción. 

 

 *Doctor en Ciencias Biológicas por la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales (FCEN) de la Universidad de Buenos Aires (2005), Investigador Independiente de Conicet y Profesor Adjunto de la FCEN.

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