Recientemente la modelo y conductora, Paula Chaves, habló en una entrevista sobre la bebé que tuvo hace cuatro meses con Pedro Alfonso y contó que la misma sufre APLV. A su vez, aprovechó para reclamar la sanción de la Ley de etiquetado de alimentos, que ahora ingresó en Senadores y Diputados para ser tratada, y sostuvo: "Específicamente yo, que estoy con una dieta estricta para amamantar a Filipa, necesito saber qué es lo que estoy consumiendo”. ¿De qué se trata específicamente?
La alergia a la leche de vaca (APLV) es la alergia alimentaria más común en lactantes y niños pequeños y de hecho, según el Colegio Estadounidense de Alergia, Asma e Inmunología, entre el 2% y el 3% de los niños menores de 3 años muestran esta respuesta anormal a la leche y los productos que la contienen.
Se trata de una reacción exagerada del sistema inmunitario ante una o más proteínas que contiene la leche de vaca, que incluso pueden transmitirse a través de la leche materna si la madre ha consumido productos lácteos, y en esta situación, se suele recomendar continuar con la lactancia materna debido a sus efectos beneficiosos y que la madre trate de eliminar la proteína de la leche de vaca de su alimentación.
Los síntomas, que difieren de una persona a otra, ocurren unos minutos a unas horas después de beber leche o ingerir productos lácteos y van desde urticaria, sibilancias, sensación de picazón u hormigueo alrededor de los labios o la boca; hinchazón de labios, lengua o garganta y tos o falta de aire hasta vómitos, diarrea que pueden contener sangre y calambres abdominales.
Asimismo, puede causar anafilaxia, una reacción potencialmente mortal que estrecha las vías respiratorias y puede bloquear la respiración, siendo la leche la tercera causa más común, después del maní y las nueces.
Para el diagnóstico, por otro lado, el alergólogo tomará un historial detallado, que incluye preguntas respecto a qué comió, qué síntomas experimentó, cuánto tiempo duraron los síntomas y qué hizo para aliviarlos, mientras que las pruebas de alergia más comunes son una prueba de punción cutánea o un análisis de sangre, en la que se busca la presencia de anticuerpos de inmunoglobulina E (IgE) que el cuerpo desarrolla cuando se expone a una sustancia a la que es sensible.
Si bien no existe una forma segura de prevenir una alergia alimentaria, se pueden prevenir las reacciones evitando los alimentos que las provocan, para lo cual es importante leer atentamente las etiquetas de los alimentos en busca de ingredientes como, entre otros, la caseína, un derivado de la leche que se puede encontrar en algunos lugares inesperados (por ejemplo en conservas de atún, salchichas o productos no lácteos).