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Ciencia

Según un estudio, la fatiga de Zoom es real

Este fenómeno, que comenzó con la pandemia y no parece pronto a desaparecer, tiene una explicación.

Según un estudio, la fatiga de Zoom es real

Cuando comenzó la pandemia de coronavirus muchísimas cosas se movieron hacia la virtualidad: las reuniones con amigos, las clases del colegio, la universidad, el trabajo y hasta ese taller de encuadernación artesanal que viste scrolleando por instagram ahora terminaron por invadir Zoom, Google Meets, Microsoft Teams y cualquiera de sus variantes. No pasó mucho tiempo para que se estableciera un malestar general llamado coloquialmente "fatiga de Zoom".

Bueno, resulta que esa fatiga —que adoptó el nombre de la plataforma Zoom pero en realidad refiere a cualquier otra con la que se puedan realizar videoconferencias—, según una investigación publicada en el Journal of Applied Psychology de este mes, es real

El estudio refiere, en particular, a "una sensación de agotamiento y falta de energía después de un día de reuniones virtuales" de empleados que trabajan de manera remota. Según los investigadores, las reuniones virtuales, ya sea con la cámara encendida o apagada, afectan nuestros niveles de fatiga más allá de la cantidad de videollamadas o el tiempo dedicado a ellas. 

Además, exigir a las personas que mantuvieran sus cámaras encendidas los agotaba más y, contrariamente a la creencia popular, las comprometía menos con la reunión y con sus trabajos en general.

Por otro lado, el efecto observado fue mayor cuando se trataba de empleados más recientes y de menor jerarquización o de mujeres. Es decir, aquellos que habían trabajado en una empresa durante menos tiempo o estaban en un escalón más bajo de la escalera corporativa, informaron que se sentían más agotados cuando se les requería mantener la cámara encendida que sus superiores. También parece que la fatiga de Zoom golpea más a las mujeres que a los hombres.

Las hipótesis de los autores es que las mujeres sentirían una mayor presión para demostrar competencia y al mismo tiempo la necesidad de cumplir con los estándares de apariencia social; mientras que los empleados más nuevos pueden sentir la necesidad de presentarse de manera más efectiva para deshacerse del estatus de principiante atribuido implícitamente a los recién llegados.

"Nuestros resultados se alinean con las ideas de la prensa y un cuerpo de investigación emergente que sugiere que ser observado aumenta la necesidad de gestionar las impresiones y dirige el enfoque hacia adentro, lo que induce a la fatiga", escriben en el artículo. "Como tal, alentar a los empleados a usar la cámara puede dañar inadvertidamente los comportamientos laborales virtuales positivos, ya que la fatiga tuvo un efecto obstaculizador en la voz y el compromiso". 

Para los científicos, con el fin de evitar la fatiga —así como también ayudar a los empleados a prestar mejor atención a la reunión en sí—, dado que la pandemia continúa y el trabajo remoto también, el uso de la cámara debe ser opcional tanto como sea posible (misma conclusión a la que llegaron también estudios anteriores sobre el mismo fenómeno).

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