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Análisis | 5 Sangres: Spike Lee sigue haciendo revisionismo histórico en la era del #BlackLivesMatter

Spike Lee une fuerzas con Netflix para contar su propio parecer de la guerra de Vietnam, con una historia demasiado relevante para la coyuntura actual. 

Análisis | 5 Sangres: Spike Lee sigue haciendo revisionismo histórico en la era del #BlackLivesMatter

Spike Lee no es un director sutil (ni moderado) a la hora de expresar sus ideas sociopolíticas, ya sea desde sus redes sociales o la pantalla grande, el medio que mejor explota sus talentos narrativos. Sus estrenos siempre resultan relevantes en contraste (o acompañamiento) con la coyuntura. Ocurrió no hace tanto con “Infiltrado del KKKlan” (BlacKkKlansman, 2018) y el ataque a los manifestantes en Charlottesville en 2017, y vuelve a ocurrir con “5 Sangres” (Da 5 Bloods, 2020), en medio de las protestas contra el racismo y abuso policial que llevaron a la muerte de George Floyd. Claro que Lee no podía anticipar este momento, ¿o sí?, más teniendo en cuenta la segregacionista historia norteamericana.  

Ya en su película anterior, ganadora del Oscar a Mejor Guión Adaptado, el realizador había dejado bien en claras sus opiniones sobre el gobierno de Donald Trump y ese despertar “racista” que emana desde la oficina oval. Con “5 Sangres” ratifica sus posturas sin pelos en la lengua, y aprovecha la aventura bélica para contar otra parte de esa historia que, la mayoría de las veces, queda en un segundo plano, justamente, porque se hace eco de las minorías.

La guerra de Vietnam es una mancha más que oscura para el país del Norte, pocas veces glorificada (en contraste con otras contiendas donde los yanquis son los vencedores indiscutidos), y casi siempre criticada cuando cae en manos de realizadores concienzudos. Lee combina esa visión heroica y testosterónica que nos devolvió la pantalla (los Ramboy los ChuckNorris) con la locura de “Apocalipsis Now (ApocalypseNow, 1979), y conjuga un relato que entrelaza la camaradería, los trastornos de estrés post-traumáticos, las culpas, la codicia y esa discriminación que no parece tener fecha de vencimiento.  

Paul (Delroy Lindo), Otis (Clarke Peters), Eddie (Norm Lewis) y Melvin (Isiah Whitlock Jr.) son las “sangres” sobrevivientes de un pelotón descartable que, en el año 1971, tuvo la misión de infiltrarse en la selva vietnamita para rescatar los restos de un avión C-47 del FBI que trasladaba lingotes de oro, destinados a solventar a las guerrillas del país asiático. Los cuatro lograron salir con vida, pero no su líder, “Dinámico” Norman (Chadwick Boseman), cuyos restos quedaron enterrados en la jungla, junto con el tesoro.

La guerra más allá de la guerra

Les llevó su buen tiempo concretar el viaje, pero los hombres están de regreso en ese que fuera el suelo enemigo para completar la tarea: encontrar y devolver el cuerpo de su compañero a la familia (con todos los permisos del Pentágono y el gobierno local)… y buscar los lingotes que enterraron de manera clandestina. A la odisea por la selva (con “Cabalgata de las Valquirias” incluida) se suma David (Jonathan Majors), hijo de Paul y ahijado de Otis, más que nada para controlar el desequilibrado temperamento de su padre.   

Tras pasar unos días en Ho Chi Minh, el grupo emprende la travesía con la ayuda de un guía local (Johnny Nguyen) y la esperanza de poder “lavar el dinero” a manos de Desroche (Jean Reno). En el camino, los fantasmas del pasado (y del presente) amenazan con sembrar la discordia, así como las diferentes opiniones políticas de estos amigos que no siempre coinciden. Esta es la trama principal que nos quiere contar Lee, pero sabemos que detrás de la odisea, el drama y la acción hay otra cosa. Lo importante de “5 Sangres” no es la “misión”, sino lo que ella conlleva, así como lo que implicó más de cuarenta y cinco años atrás para estos hombres y tantos otros que fueron obligados a pelar en una guerra inmoral que no les pertenecía.

Los conflictos familiares también dicen presente

SU lucha estaba en los Estados Unidos, mientras Martin Luther King era asesinado peleando por los derechos civiles de los afroamericanos, y oponiéndose a esta masacre que dejó 850 mil bajas para su comunidad. El director no busca señalar a los buenos y malos en la jungla, y entiende que del otro lado también fueron víctimas. El guion original de Danny Bilson y Paul De Meo -retocado por Lee y Kevin Willmott- juega con los tropos del género (y por sobre todo, los lugares comunes de la guerra de Vietnam), justamente, para destacar cada una de las falacias de esta contienda que se podría haber evitado, si no fuera por las erradas ‘políticas norteamericanas’, incapaces de mantenerse alejadas de conflictos que no les incumben.    

Lee echa mano a todos los recursos que tiene al alcance de su mano, muy reconocibles en su filmografía: nos lleva del presente al pasado y remarca cada uno de los hechos históricos y personajes que deben ser destacados, sin preocuparse, por ejemplo, en rejuvenecer a sus cuatro sangres protagonistas (porque la guerra nunca termina). Los discursos a cámara, la banda sonora, todos elementos narrativos que refuerzan su inconfundible discurso antibélico, pero también revolucionario cuando se trata del #BlackLivesMatter y seguir combatiendo por esa libertad e igualdad de derechos que parecen no llegar nunca.      

Los fantasmas de la selva vietnamita

Pero en ese impulso de querer contarlo todo de la manera más contundente, Lee también se tropieza y embarulla olvidándose que, a veces, menos es más. Por momentos, “5 Sangres” desborda de esos mismos lugares comunes que intenta resignificar, escenas que desequilibran la narración y rompen un ritmo que se acomoda recién hacía el final de sus más de dos horas y media. Acá, la forma le juega una mala pasada al contenido, pero los mensajes se mantienen intactos para todos aquellos que quieran escuchar sobre esa otra parte de la historia que suelen obviar libros, porque no tiene que ver con los clásicos héroes caucásicos que Hollywood ayudó a exaltar.  

Una vez más, Spike Lee se vuelve relevante en el contexto actual dejando bien en clara su postura. El cine es su herramienta y “5 Sangres” suma como ficción, pero también agente del revisionismo histórico, tan necesario y comentado por estos días.  

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