El público adolescente es el que Netflix ha sabido capturar como ningún otro servicio de streaming, con continuas propuestas de series apuntadas al drama de la escuela secundaria, los secretos y el bullying, como punta de lanza para contar historias que tratan temáticas relevantes para este grupo etario. Así lo entendieron los ejecutivos de la plataforma, que buscan el nuevo título que mantenga interesada y entretenida a su demandante audiencia, especialmente en tiempos de cuarentena.

Con la tercera temporada de Thirteen Reasons Why (Por trece razones) viviendo con tiempo prestado, era hora de que la N roja encontrara una propuesta fresca para renovar su catálogo de drama teen, y esta vez llega desde México. La productora Lemon Studios, con más de trece años de experiencia en el mercado audiovisual, presenta el estreno de Control Z, una historia sobre acoso cibernético que pone el foco en la solidaridad entre las víctimas. Se la anuncia como la nueva Élite, pero -a diferencia de esta y otras del género- acá no hay asesinatos, sino otro tipo de misterio a resolver.

La protagonista es Sofía, una chica lista con mucha actitud y capacidad de observación, que utiliza sus habilidades al mejor estilo Sherlockpara tener una ventaja sobre sus compañeros y mantener la distancia. Pero detrás de la fachada fría y calculadora de Sofía, hay una mente muy curiosa y una personalidad empática, que serán las responsables de involucrarla en la investigación de un caso de acoso cibernético en el instituto. Y eventualmente, ella también se convertirá en una de las víctimas de un perverso juego que atormenta a alumnos y docentes.

Como toda serie de secundaria que se precie de tal, tiene un reparto coral que va dejando al descubierto las historias del resto de los personajes, un grupo variopinto con sus propias particularidades, miedos y especialmente muchos, pero muchos secretos. Las vidas privadas de estos adolescentes sexualmente activos son el eje alrededor del cual gira el plan de un hacker que irá revelando de a poco sus intimidades, a través de un bache en la seguridad del wifi del colegio, dejando a todos expuestos gracias a su debilidad por registrar en su celular cada detalle de su vida. 

Con una dinámica de sobornos y traiciones, el responsable detrás de los ataques no solo revela información sensible que estos personajes preferirían no compartir, sino que también los enfrenta entre ellos y levanta sospechas que van cambiando con el correr de cada episodio. Cualquiera puede ser el (o la) hacker, y este halo de misterio es lo que ubica a esta serie en la misma categoría de algunos productos importados de Estados Unidos como Gossip Girl o -salvando las distancias con la magnitud del crimen cometido- Pretty Little Liars.

Las amistades y lealtades se ponen a prueba a medida que más secretos van saliendo a la luz, y estos personajes quedan expuestos ante los ojos y prejuicios de sus compañeros. Los valores individuales quedan en jaque ante la amenaza colectiva, mientras se problematizan temas como identidad de género, diferencias de clase y el vínculo con la tecnología. Con un elenco bastante diverso, encabezado por la experimentada actriz de 23 años Ana Valeria Becerril como Sofía, la serie presenta a muchos jóvenes debutantes que saltarán a la fama luego de su aparición en la pantalla de Netflix.