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Cine y series #Netflix#Esta mierda me supera

Análisis | I Am Not Okay with This, apatía y superpoderes adolescentes

Si le faltaban adolescentes a tu vida televisiva, Netflix suma una nueva propuesta que mezcla angustia y habilidades telequinéticas. 

Análisis | I Am Not Okay with This, apatía y superpoderes adolescentes

ACLARACIÓN: esta reseña puede contener spoilers de la primera temporada.

Netflix ya dejó bien en claro cuál es su público predilecto a la hora de encarar nuevas producciones: los adolescentes. Dos de cada tres estrenos (estadística hecha a puro ojo, eh) se centran en estas historias, y no podemos dejar de encontrar puntos en común entre todas ellas… más allá de sus jóvenes protagonistas. “Esta Mierda Me Supera” (I Am Not Okay with This) es responsabilidad de Jonathan Entwistle, Christy Hall y varios productores ligados a cosas como “The End of The F***ing World” y “Stranger Things”, dos series hermanas que se conectan a través de diferentes aristas.

La dramediacoming-of-age vuelve a decir presente de la mano de esta adaptación basada en la novela gráfica del mismo nombre, creada por Charles Forsman. La extraña estructura de esta primera temporada nos trae siete episodios de veinte minutos (duración promedio), lo que deja en evidencia que “I Am Not Okay with This” fue concebida originalmente como una película y luego achurada en pequeñas partes convertidas en capítulos indiscriminados. Sólo así se explican ciertas inconsistencias de los mismos, un mal que afecta a varios shows del sistema de streaming más popular de estos tiempos.  

Yendo al grano, Sophia Lillis -la joven Beverly Marsh de “It” y la versión adolescente de Amy Adams en “Sharp Objects”- es Sydney Novak, jovencita de 17 años que vive junto a su mamá y su pequeño hermano Liam, tratando de superar el suicidio de su papá un año atrás. Frustrada, apática, antisocial…, apenas comparte sus tribulaciones con su mejor amiga Dina (Sofia Bryant) y no mucho más. Por eso, su consultora escolar le aconseja volcar todos sus pensamientos, su rabia (o lo que quiera) en un diario personal, recurso narrativo para este relato en primera persona que navega por las dificultades de la pubertad, el colegio secundario, las complejidades de su familia y su sexualidad, entre otras cosas.

Hasta ahí, un historia adolescente como tantísimas otras, pero el estado emocional de Sydney se comienza a alterar cuando Dina se pone de novia con Bradley Lewis (Richard Ellis), el pibe deportista y popular que la trata de bicho raro. Podemos decir que su desagrado y antipatía se manifiesta casi de inmediato, dando a entender que la chica, posiblemente, tenga poderes telequinéticos. Una paranoia más para Syd, que busca un poco de soporte (y ayuda) involuntaria en su extravagante vecino y compañero Stanley Barber (Wyatt Oleff) -sí, el Stan de “It”-, un hipster escapado de un película de Wes Anderson, que guarda sentimientos por Novak.

Stan, amigo y cómplice del secreto más grande de Syd

“Esta Mierda Me Supera” (un título local que lo dice todo, ¿no?) mezcla la angustia adolescente más propia del inconformismo y el ambiente grunge de la década del noventa -¿Alguien dijo “Everything Sucks!” (2018)?- con el género superheroico, como si Syd fuera una joven alumna del Profesor X que está descubriendo sus poderes, habilidades que, obviamente no puede controlar y que se manifiestan, justamente, como resultado de todos esos sentimientos con los que no puede lidiar.

Metáforas y mutantes aparte, sin dudas, la serie tiene su principal atractivo en la gran actuación de Lillis, pero no en Novak, una protagonista demasiado antipática para conectar en un primer momento. Con el correr de los episodios, esta aversión se contagia a los demás personajes, aunque Stanley (su sensibilidad y nerditud) siempre cae bien parado cuando hacemos un balance. El show no intenta sobresalir desde sus mínimos efectos especiales ni la trama fantástica como excusa, aunque suma pequeñas migajas de información capítulo a capítulo, para construir un misterio mucho mayor relacionado al pasado del padre de Sydney -con el que parece tener más un una conducta en común- y un extraño personaje que la sigue entre las sombras. Nada creepy para una adolescente, eh.   

Los arquetipos d esiempre

Está en ella (y en el argumento de la segunda temporada) descubrir de dónde salieron estas habilidades no tan deseadas, la cuota de originalidad en un relato que termina decantando en varios lugares comunes y personajes arquetípicos, de esos que inundan los dramas teen y los programas de Netflix. A pesar de una narrativa ágil que atrapa por momentos, y la alegoría que intenta llevar adelante, “I Am NotOkayWithThis” carece de esa misma profundidad que quiere explorar, desviándose a territorios más conocidos y transitables para el espectador. Sí, hay angustia y oscuridad, encanto adolescente y cierta incomodidad, pero no posee el extremismo de “The End of The F***ing World” o el encantamiento nostálgico de los chicos de Hawkins.

A pesar de ambientarse en la actualidad, su “planteo” atemporal desconcierta por momentos, pero no deja de ser un producto fácil de consumir (o sea, siete episodios de veinte minutos que se maratonean en un abrir y cerrar de ojos), que sabe conectar con su audiencia más joven y suma el elemento fantástico para rellenar esos momentos dramáticos que no siempre logra desarrollar con éxito. ¿Angustia adolescente que se sale de control? Eso ya se ha visto.    

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