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Análisis | I'll Be Gone in the Dark: true crime en primera persona

HBO suma una nueva docuserie a su grilla, esta vez, de la mano del minucioso trabajo de Michelle McNamara, obsesionada con el true crime y los asesinos en serie.  

Análisis | I'll Be Gone in the Dark: true crime en primera persona

HBO suma su granito de arena  a la “moda” del true crime que tanto popularizó Netflix desde “Making a Murderer”, con esta serie documental de seis episodios basados en el best-seller de Michelle McNamara, “I’ll Be Gone in the Dark: One Woman’s Obsessive Search for the Golden State Killer”, como su título lo indica, una profundísima investigación para exponer la verdad sobre el Asesino de GoldenState.

Conocido original como “Night Stalker” o “East Area Rapist”, entre otros pseudónimos acuñados por la prensa a lo largo de los años, este asesino y violador en serie es responsable de más de cincuenta crímenes violentos cometidos en el Norte de California desde el año 1976, un legado de terror que se extendió por más de una década. McNamara, reconocida escritora y podcastera, comenzó a obsesionarse con el género, y en 2006 lanzó el sitio web TrueCrimeDiary, desde donde podía demostrar su fascinación por este tipo de investigaciones, muchas veces, asociadas a casos sin resolver.  

Con el tiempo, y la curiosidad e inteligencia que la caracterizaban, Michelle se topó con el East Area Rapist/Original Night Stalker (EAR/ONS) y comenzó a compartir data con otros investigadores entusiastas de la red: varios ex policías que habían formado parte de alguno de los casos, asistentes sociales que estuvieron en contacto con las víctimas u otros obsesionados como ella, predispuestos a hacer cualquier aporte para desenmascarar a este violador que, con el tiempo, devino también en asesino.     

Estos esfuerzos conjuntos, y el incansable trabajo de la escritora, pudieron unir más de un punto para llegar a la conclusión de que todos estos “diferentes” criminales eran la misma persona, más tarde denominado el GoldenStateKiller (GSK).C laro que “Murder Habit”, primer episodio de “El Asesino Sin Rostro” (I’ll Be Gone in the Dark) todavía no nos lleva hasta ahí, en cambio, se compromete en hacer una gran introducción sobre la autora, quien falleció antes de la publicación de su libro (y por ende la realización de esta serie), y de saber que todos estos años de ardua tarea llevaron al arresto de un sospechoso, el 25 de abril de 2018.

Noches enteras de trabajo que dieron sus frutos 

McNamara, esposa del comediante Patton Oswalt, falleció repentinamente en su casa de Los Ángeles en 2016. Para ese entonces, ya estaba absorta en la indagación sobre los crímenes de GSK, había escrito diferentes artículos para Los Angeles Magazine durante 2013 y 2014, y tenía una estrecha colaboración con Paul Holes, investigador de la oficina del fiscal del condado de Contra Costa, justamente, porque “su persistente perseverancia y confiabilidad”, además de sus incisivos aportes, le ganaron ese honor.   

“I'll Be Gone in the Dark” no solo se concentra en la incansable búsqueda de este criminal, sino en los esfuerzos y obsesiones de Michelle, quien empezó a reunirse con diferentes víctimas y allegados al caso, a lo largo y ancho de la ciudad de Sacramento. El trabajo de Liz Garbus (“A Dangerous Son”) -directora de este y varios episodios- mezcla material de archivo con entrevistas recientes con detectives, sobrevivientes, miembros de las familias y la narración de AmyRyan, quien se pone en la piel de la autora, compartiendo fragmentos del libro.

Los sobrevivientes comparten sus relatos 

De esta manera, “I'll Be Gone in the Dark” toma dos caminos muy distintivos: el del true crime, documentando cada paso del proceso de indagación de McNamara, responsable de acuñar el mote de “el asesino de Golden State”; y la intimidad de la escritora, desde esos lejanos días de bloguera, hasta las noches enteras que pasó frente a la pantalla de la computadora, recogiendo información de diferentes fuentes para gestar esta historia.

A pesar de que Michelle solo está presente desde distantes grabaciones originales exclusivas, Garbus y compañía consiguen un contundente relato en primera persona, poniéndonos en los zapatos (y las obsesiones) de esta investigadora en busca de la verdad. La cronología no siempre es tan prolija como la narración lo necesita, y el estilo de “videoclip” para presentar las pruebas ante el espectador puede entorpecer el producto final, pero “El Asesino Sin Rostro” cumple la función de atraparnos con su doble relato, metiéndonos de lleno en el caso de GSK y la cabeza de McNamara.  

Michelle McNamara en primera persona

Este es el aspecto más interesante de la docuserie: la relación del investigador con el material y su manera particular de darle forma. Lamentablemente, Michelle no vivió lo suficiente para ver el producto terminado, pero ahí es donde entra la colaboración de Paul Haynes, Billy Jensen -escritores expertos del género- y el mismísimo Oswalt, quien puede hablar desde la experiencia personal y esas incansables horas en las que su esposa se vio absorta por el caso.I’ll Be Gone in theDark” termina siendo un relato policial atrapante como cualquier true crime que se preste como tal, pero es el punto de vista de la autora lo que lo humaniza, convirtiéndolo en un producto que se separa de la media.

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