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Análisis | Street Food: Latinoamérica, un recorrido turístico a través de la comida casera

Netflix estrena la segunda temporada de esta deliciosa docuserie y nos lleva de paseo por la gastronomía casera de América Latina. 

Análisis | Street Food: Latinoamérica, un recorrido turístico a través de la comida casera

“Street Food” es una serie documental creada por David Gelb para Netflix. Básicamente, un recorrido por diferentes ciudades (y culturas) a través de sus platos gastronómicos más característicos, siempre con el toque casero y “pintoresco” de la comida callejera y la experiencia en primera persona de sus particulares cocineros. La primera temporada (o volumen) nos paseó por nueve países de Asia y ahora nos toca más de cerca con un “tour” latinoamericano. “Street Food: Latinoamérica” (Street Food: Latin America) abarca seis episodios que arrancan en Buenos Aires (Argentina), y continúan por Salvador (Brasil), Oaxaca (México), Lima (Perú), Bogotá (Colombia) y La Paz (Bolivia).   

Tamara Rosenfeld es la encargada de dirigir el primer capítulo con sede en nuestra querida “Reina del Plata”. Claro que cuando se habla de Buenos Aires no se puede dejar de lado la pasión por el fútbol, el tango, la política y, sobre todo, la comida, tan ligada a las costumbres y raíces. No es el caso de la capital argentina, heredera de muchas de las tradiciones europeas que llegaron junto con las diferentes olas de inmigrantes. Este episodio se centra en estos platos menos “típicos”, aunque más arraigados al turismo y a la visión que se tiene desde afuera, muchas veces obviando la verdadera comida regional.    

Rosenfeld elige retratarnos a través del asado y los choripanes de “El Puesto de Rubén” en la cancha de Racing Club; las empanadas tucumanas de la Feria de Mataderos; la fugazzetta rellena de “La Mezzeta”, y la descomunal tortilla de Pato Rodríguez, dueña de “Las Chicas de la Tres”, un puesto legendario dentro del Mercado Central, cuya tortilla rellena enamora a trabajadores y chefs reconocidos de todo el mundo, por igual.

En Pato y su historia personal -heredó el pequeño puesto familiar y fue en contra de todos los convencionalismos para encontrar su propio lugar- está el relato principal de este episodio con mucho gustito argento, pero poco “tradicionalismo”. La crítica y autora gastronómica Silvina Reusmann hace su aporte analítico, pero poco se habla de las raíces autóctonas de nuestro país que también influyen en las comidas, más allá de que este aspecto parece destacarse mucho más en ciertas provincias y no tanto en la capital. El episodio solo se hace eco de la inmigración europea (y por alguna razón, la preponderancia italiana), entregando un documento con poca profundidad y muchos lugares comunes, digno de una “guía para turistas”.

La celebrada tortilla rellena de Pato

El toque humano, esos relatos en primera persona -siempre asociados a crisis económicas, clases bajas y falta de oportunidades-, es lo más interesante de una docuserie bastante superficial (tampoco puede hacer mucho en capítulos de poco más de media hora), que intenta mostrar un punto de vista diferente. Más atrayente, por ejemplo, es el episodio sobre “Salvador”, dirigido por Daniel Milder. El realizador suma la palabra de un antropólogo y conecta la comida local con la colonización portuguesa, la herencia de la cultura africana (diluida por la esclavitud), la religión candombié, la importancia del aceite de palma y un grupo de mujeres encabezado por Suzana Sapucaia, bahiana de ley (y de corazón) que tras años de adversidad logró consumar su sueño por la cocina en su propia casa junto al mar.

Su especialidad es la moqueca, un estofado de pez, de esos que pesca su marido en el patio trasero de su hogar por más de cuarenta años, y desde 2013 también convertido en el Re-Restaurante de Doña Suzana. El capítulo también nos pasea por la capoeira y su relación con la feijoada, el acarajé (un buñuelo de frijoles típico de Salvador) y otras delicias locales que interconectan la alegría, los sabores y la playa, tan importante para esta comunidad.   

Doña Suzana y su pasión por la comida

La comida es una parte inseparables de las costumbres de un país o cultura. Es un elemento de unión, de encuentro y de herencia familiar. Una satisfacción, un deleite, una muestra de amor hacia uno mismo y los demás, y dentro de su torpeza y trivialidad  “Street Food: Latinoamérica” intenta transmitir todo esto. En esos pequeños detalles y testimonios radican sus puntos más fuertes, su atractivo visual se lo dan los escenarios naturales de cada ciudad y la narrativa recae en sus pintorescos personajes, el alma de esta “comida callejera” que nos invita a viajar y probar los diferentes manjares.

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