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"El Hijo", apasionante thriller entre locura y desesperación: cuando el instinto también es paternal

Luego de "El Patrón: radiografía de un crimen", Sebastián Schindel apuesta nuevamente por Joaquín Furriel para interpretar un protagónico estremecedor, que sumerge al espectador desde los primeros minutos del film. Reseña por Filo.News.

"El Hijo", apasionante thriller entre locura y desesperación: cuando el instinto también es paternal
"El Hijo", lo nuevo del cine argentino en cartelera

El cine argentino le da la bienvenida en la pantalla grande a "El Hijo", un apasionante thriller basado en la nouvelle  "Una madre protectora", de Guillermo Martínez ("Los crímenes de Oxford").

Sebastián Schindel regresa al cine con una cinta prometedora y atractiva, que atrapa al espectador desde los primeros minutos. El director volvió a apostar al trabajo de Joaquín Furriel ("El Patrón: radiografía de un crimen") y no es para menos ya que logra una interesante composición de un personaje completamente expresivo.

"El Hijo", de Sebastián Schindel

Furriel es Lorenzo, un artista bohemio que espera un hijo con su pareja Sigrid (Heidi Toini), oriunda de Noruega. La vida de la pareja marcha sin alteración alguna hasta la noticia del embarazo, que alterará su cotidianeidad más de lo que espera.

La futura madre se niega a proteger a su hijo con los cuidados tradicionales, por lo que hospeda a Gudrun, una institutriz coterránea (Regina Lamm) en su hogar. La rutina se convertirá entonces una pesadilla para Lorenzo. Inadaptado en su propia casa, rozará los límites entre la locura y desesperación.

Sin ahondar en spoilers, profundizaremos sobre algunos puntos del thriller, altamente recomendado. Sin embargo, hay pequeños detalles que serán comentados para ofrecer un mayor análisis de la película, de modo que si no querés conocerlos, te sugerimos que no sigas leyendo.

Extranjero en su propio hogar

Cuando el personaje de Regina Lamm se instala en la casa de Lorenzo, comienza a sentir cómo lentamente, lo van excluyendo de su propio lugar.

Pese a vivir en la Argentina, ignora el idioma que se habla en su casa y no tiene participación sobre las decisiones del bebé.

Apropiación y expropiación. El primer "no" de Sigrid, genera un quiebre en Lorenzo, quien no comprende por qué se niega a una protección y educación tradicional del niño. Se genera entonces un choque cultural, una guerra en la que el protagonista se ve perdiendo.

"El Hijo", de Sebastián Schindel

¿El hogar se define por las costumbres que predica o la territorialidad espacial en el que se encuentra establecido? Incómodo, expectante, abusurdo. Lorenzo comienza gradualmente a perder su lugar. ¿Qué es capaz de hacer un hombre que se asume exiliado? Primer punto de inflexión del film: el personaje se ve abrumado y aflora en su interior una crisis de la que no habrá escapatoria.

El instinto hacia los hijos: ¿sólo cosa de mujeres?

La película de Schindel corre el foco y se pregunta si sólo las mujeres son capaces de sentir ese "instinto maternal". Socialmente, es a las mujeres a las que se le atribuye el cuidado de los hijos, del hogar. Ellas saben qué conviene y qué no. 

En cambio, el hombre ignora. Está fuera de cuadro. Sólo se dedica a trabajar, a proveer el sustento económico para que el hogar progrese. Sin embargo, ¿qué ocurre cuando se da a la situación a la inversa? ¿Es posible que suceda a la inversa?

"El hijo", de Sebastián Schindel

El guión está basado en la nouvelle de Guillermo Martínez, que justamente, lleva otro título: "Una madre protectora". La focalización no está en este caso puesta sobre el niño, sino que el la figura femenina.

En tiempos en que las mujeres exigen igualdad de derechos, llega una película incómoda, que invita a la reflexión, propone un cambio de paradigma e invita a pensar cómo el hombre -bohemio, divorciado de su primer matrimonio y sin la tenencia de sus dos hijas anteriores- puede ser víctima (o no) en un contexto patriarcal que le juega sin dudas en su contra.

Cuestión de Caracoles

Una de las obras predilectas de Lorenzo es un corazón pintado al óleo, metáfora del ritmo que maneja el film. La tensión va creciendo gradualmente, escena a escena, tal como es posible percibir en el espiral del caparazón. 

A su vez, el caracol representa la evolución tanto del desarrollo del bebé como en la metamorfosis de los personajes. Los personajes también evolucionan, todo comienza a brotar. Nada es lo que parece a simple vista.

Joaquín Furriel en "El hijo"

Las historias de los personajes también aparecen cruzadas en la película. Julieta (Martina Gusmán), un antiguo romance de Lorenzo, dejó el arte (que los unía). Ahora es abogada y la pareja de Renato (Luciano Cáseres). Ellos también desean ser padres.

Schindel trabaja el punto de vista y la focalización desde el personaje de Gusmán, quien no cuenta la historia pero será su mirada la clave para tratar de comprender qué es lo que le sucede a Lorenzo, a quien quiere pero no sabe si podrá ayudar.

"El Hijo"

La focalización desde un personaje testigo, le añade aún más dramatismo a la historia y la intriga por desentramar las capas de lo que está sucediendo.

Trastornos como hilo conductor

Guillermo Martínez se basó en dos síndromes para componer el argumento y a los personajes y son éstos los que generan el suspenso que se mueve a lo largo de los 92 minutos de duración.

¿Un padre puede ser capaz de desconocer a su hijo y ver en él a otra persona? Sí, en caso de que sufrir el Síndrome de Capgras, que inspiró al autor para agregarle más complejidad a la trama.

Schindel también lo menciona en su película, mediante un diálogo. La inclusión del Síndrome de Capgras le proporciona un sustento interesante a su film, que le añade aún más tensión dramática.

"El hijo"

Por otro lado, Martínez también incluyó el Síndrome Puerperal, que se comprende el período posparto. Tiene varias etapas: por un lado presenta el rechazo de una madre hacia el propio hijo, y por otro, la sobreprotección.

Aunque el síndrome no se haya incluido en la película -por decisión de los realizadores- sí se hace mención al trastorno, de manera conceptual. El objetivo de Martínez se pone en vigencia al cuestionar cómo la sobreprotección maternal, está a su vez, protegida a nivel social, cómo puede pasar inadvertida. El instinto maternal que mencionábamos antes, vuelve a entrar en escena.

La legitimación social de la profesión

El arte funciona como una línea secundaria de lectura. La profesión del artista, representada por la expresión y la manifestación de las emociones -otra metáfora- le quitarán argumentos al protagonista, quien no podrá competir con el título universitario de su pareja.

Furriel encabeza un elenco de figuras

El trabajo de Joaquín Furriel merece ser destacado. El actor logra trasmitir las emociones del personaje no sólo mediante sus líneas del guión sino a través de su corporalidad. Una vez más, se distingue como un actor notable, que se luce por sus dotes frente a cámara.

Regina Lamm demuestra un buen manejo del idioma -que pese a ser el que hablaba su madre- no lo practica. La actriz, escondió su característica sonrisa para un personaje siniestro, como la bruja de los cuentos.

Luciano Cáseres y Martina Gusmán en "El hijo"

En contraposición, Luciano Cáseres -esta vez con bigote- es el encargado de contrarrestar el peso de la tensión con intervenciones más cómicas.

Heidi Toini se suma al cine argentino junto a la reconocida Martina Gusmán, que regresa al cine tras su gran protagónico en "La Quietud", en el que también compartió elenco con Furriel.

"El hijo", una película de Sebastián Schindel que ya llegó a los cines argentinos. A preparar los pochoclos, para ver este recomendado estreno nacional.

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